viernes, 31 de agosto de 2012

Capítulo 17:


Parte 1.
Darle una segunda oportunidad al amor es una locura, tal vez salga bien o seguramente salga mal. Enamorarte de alguien que no ama, que sólo consume sexo es atarte a un modo de vida. Alguien que se alimenta del amor del corazón no puede buscar el amor en alguien que se alimenta de sexo.
No está preparado para vivirlo, para soportarlo. Tendría que cambiar otra vez, y no sería por la muerte de un ser querido o por el simple hecho de que lo necesita, sino por una persona de la que te has enamorado. Y cambiar por alguien del que te has enamorado y no siente lo mismo por ti es como hundir una cuchilla en tu brazo y dibujar su nombre en el show del chico que quiso ser y no pudo.
Un chico que quiso ser héroe y se quedó en adolescente.

Christian se ha acomodado en el avión. Vuelve a España tras pasarse una semana en Londres y miles de recuerdos se van con él, todos ellos buenos, otros extraños como el recuerdo de Dylan, pero todos ellos totalmente maravillosos e irrepetibles.
Las azafatas piden que pongan los móviles en modo avión o los apaguen y que se abrochen los cinturones puesto que va a comenzar el despegue.
Tres minutos después el avión despega y Londres queda atrás demasiado rápido, tan rápido que se olvida de que alguien ha ido a despedirse en el avión sin percatarse de que tal vez podría haber sido un encuentro fatídico, o no.

Parte 2.
Dylan y Alexander han llegado después de que Christian embarcase en el avión. Con ellos iba el chico rubio, Zack y otro chico de pelo castaño, su esposo Alexis. Estos dos últimos han ido a petición de Dylan y están bastante cansados ya que acaban de llegar de su luna de miel. ¿Por qué tenían que ir a ver a un chico del que Dylan se había encaprichado?
Este último les grita que si hubiesen llegado antes tal vez se podría haber despedido de él, suspira y se sienta en una de las sillas, entierra su cara en sus manos y se odia por dentro. No sabe sus apellidos y se siente muy cabreado.
Alexis, de complexión muy delgada y de pelo cortado en una melena en uve, se sienta a su derecha y le pasa el brazo izquierdo por los hombros; Dylan le odia pero no se mueve, aparta la cara de sus manos y le mira a los ojos.
Dylan: ¿Qué quieres?
Alexis: Sé que no está bien esto pero… Tal vez no estaría para ti Dylan.
Dylan: ¿Quién te dice que yo me haya enamorado de él? Sólo quería despedirme Alexis (se levanta intentado controlarse), tú no sabes lo que es amar, porque has llegado a la familia y de la noche a la mañana te casas con Zack, ¿quién coño eres? ¿Por qué coño nos buscaste?
Alexis (mira a otro y en sus ojos se ven retazos del pasado que ya hemos visto antes): Tal vez… Necesitaba huir del pasado.
Dylan: ¿Huir? ¿Por qué? ¿Acaso tú tenías un pasado malo?
Alexis (le mira a los ojos): Sé que tú tuviste un pasado bastante malo, pero a mí mi pasado comenzaba a matarme.
Dylan: Si tuvieses los suficientes cojones, tu pasado no te mataría, sólo arañaría tu piel hasta tal punto de que sangrases, pero no te mataría.
Zack se mete entre los dos y coge a Dylan de los hombros, le mira acusadoramente y él se aparta bruscamente y mira a Alexis por encima del hombro de su esposo.
Dylan: Me das asco, ¿sabes? Mucho asco, porque nadie sabe quién eres y has llegado y has jodido a la única familia que tenía, ojalá, ojalá tu pasado te mate y te lleve lejos de nosotros Alexis, ojalá.
En ocasiones el pasado hace demasiado daño, como ha dicho Dylan, es porque nosotros queremos, siempre podemos esquivar sus ataques, pero aun así nos arañarán. Muchas veces lo hará tantas veces que sangraremos, pero podemos ser fuertes y enfrentarnos a nuestro pasado e incluso podríamos salir victoriosos.
Pero como personas somos muy débiles y aunque finjamos luchar siempre volvemos a ese momento del pasado especial que tanto daño nos hace y lo abrazamos hasta que nos mata lentamente y nos transforma en retazos de un pasado que sólo tienen sentido si nos unimos a esos recuerdos tan dolorosos. Algún día seremos lo suficientemente conscientes de que a pesar de todo esto no hay que huir del pasado, ni apartarlo, sino vivir sabiendo que está ahí y que podemos aprender de él.
Nunca abrazar al pasado y quedarnos quietos en una estación dejando pasar los trenes que llevan una plaza para nosotros, nunca tenemos que ser la última fruta madura en caer del árbol. Todo tiene su tiempo pero si nos quedamos atascados en el pasado no avanzaremos sino que seguiremos ahí, quietos en algo que creemos que nos hace bien y que nos perjudica al mismo tiempo pero no avanzamos.
Luego hay personas que ocultan su pasado de tal manera que se transforman en personas totalmente nuevas, personas que carecen de vida más allá de la nueva que han creado para ellos. Esas son las personas más débiles pero al mismo tiempo las que mayor coraje tienen, nadie sería capaz de esquivar su pasado e inventarse una nueva mientras que ese pasado les sigue dañando aún.
¿Y tú? ¿Serías capaz de vivir una mentira sólo por olvidar algo que te hizo bien y que fue tu culpa que pudieses morir y perderlo todo?
Fundido en Negro.

Parte 3.
Samuel sabe que va a llegar hoy, el que debería de ser el amor de su vida está actualmente subido en un avión mientras él… Bueno, mientras él tiene a un chico de trece años entre las piernas haciéndole una felación.
Samuel: P-Para.
Antes de que el chico pare él ya ha eyaculado manchando su cara y se deja caer de espaldas en la cama. El pequeño se llama Daniel, ¿coincidencia? ¿Quién sabe? La vida es un pañuelo y nunca sabes quién puede tener relación con quién.
Samuel le tira su ropa y le señala la puerta de su habitación invitándole a salir; una vez se queda solo se lleva las manos a la cara y suspira profundamente. ¿Qué le había pasado aquel tiempo que había vivido sin su chico? ¿Era cierto eso de que si no había amor no podría existir el sexo?
Se levanta y busca el móvil, mira la hora y se da cuenta de que aún demasiado temprano como para que hayan llegado ya. Sale de la habitación totalmente desnudo dispuesto a darse una ducha y a despejarse.
Lo que había pasado aquella semana debía de olvidarlo le costase lo que le costase, no podía dejar a Christian, era el chico que le daba todo, amor, cariño, una amistad. Y sexo. Eso era lo único que él necesitaba para ser feliz, un poco de sexo y todo salía bien.
Pero a veces no podemos tener todo lo que queremos y otras veces sí. ¿Te has preguntado alguna vez por qué no encajas con esa persona que te da todo lo que buscas? Yo sí y he llegado a la conclusión de que tal vez esa persona, a pesar de que te lo de todo te deja insatisfecho, te quita una parte de ti, te cambia, te moldea a su manera, y entonces te pierdes a ti mismo. También es verdad que es preferible perderte a ti mismo que perder aquella persona a la que amas con todo tu corazón.
Fundido en Negro.

Parte 4.
Georgina está enfundada en una torera de piel de Channel marfil, debajo lleva un vestido negro y unas botas de Versace negras envuelven sus pies. Tapa sus ojos con unas gafas de sol Ray-ban y el pelo lo lleva totalmente ondulado.
Va a visitar a Helena, al parecer tiene algo que enseñarle, algo que va a cambiar su vida, la de Christian y la relación que hay entre ambos. No entiende qué puede ser, pero al parecer es importante ya que ella la ha llamado bastante apurada y bueno, iba a salir a una fiesta… Sólo pasaría media hora y después se marcharía, tenía ganas de volver a su lugar de siempre y sentirse…
En casa.

Ya sentada en el salón de la casa su mejor amiga sin la torera ríe a carcajada limpia mirando unas fotos que le están enseñando. En ellas se ve a Samuel con un chico mucho más pequeño que él besándose y haciéndose manitas. ¿Eso le iba a gustar a Christian? Seguramente no, pero algo escondía ese pequeño cabrón que no le gustaba nada a ella, y por fin lo tenía.
Helena: Me ha costado conseguirlas, pero ya las tengo.
Georgina (guardándolas en su bolso de Armani): Muchísimas gracias chica, te debo una, ahora he de ir a la fiesta.
Helena: ¿Te crees que yo no voy?
Era lógico, estaba vestida con un traje azul eléctrico corto de vuelo y unos zapatos de tacón blancos que seguramente serían de Armani o de Buittoni. Georgina le sonríe y se levanta, pone su brazo invitándole a que se lo coja y se preparan para otra fiesta más.
Han sido vista otra vez, Helena y Georgina preparadas para una fiesta de los suyos. Bienvenida a casa Gi.
Fundido en Negro.

Parte 5.
Christian baja del avión y lo primero que hace es escribir un sms a dos personas, el mismo para los dos.
“Ya he llegado, hablamos mañana. Todo genial, te quiero”.
Sus padres le han recibido abrazándolo fuertemente y comiéndoselo a besos. Ellos les llevan las maletas mientras él les cuenta todo lo que ha hecho en aquella ciudad tan enigmática. Entonces su móvil suena y al mirar la pantalla y ver el nombre sonríe como un idiota. Le echaba de menos.
Christian: Hola…
Samuel: Mi vida, ¿cómo estás? ¿Pasa algo?
Christian: No cariño, acabo de llegar y tengo sueño, ¿te importa si hablamos mañana? Voy con mis padres que voy a subir al coche.
Samuel: Vale mi amor, te amo.
Christian: Y yo… Y yo.
Cuelga y los padres le miran con una mirada curiosa pero el ladea la cabeza y ellos hacen caso omiso a la conversación que acaban de oír. Se suben al coche e impiden que suene la música de la radio, después de varios “te he echado de menos” y todo lo que se suele decir comienzan las anécdotas, las risas y lo mejor de todo:
Más mentiras en su vida.

Parte 6.
Alexis se está lavando la cara y cuando se mira al espejo sólo ve un borrón. Tal vez a causa del agua en sus ojos o por los recuerdos del pasado que se amontonan en su cabeza. ¿Por qué todo tenía que salir mal? Le había pedido a Dylan que le enseñase una foto de ese tal Christian y estaba en lo cierto, era él. ¿Pero por qué ahora? ¿Por qué tenía que volver a su vida después de todo lo que había pasado?
Entra un mensaje al móvil y decide ignorarlo, sabe de quién es perfectamente al igual que sabe que las palabras que contiene le van a hacer daño.
Debería de volver a la cama con su marido Zack pero no lo hace, en lugar de ocupar ese espacio vacío sale al balcón y mira la calle tan vacía que cualquiera diría que la noche anterior había sido la calle más transitada de todo Londres. Suspira y mira al cielo, ve el mismo cielo que está viendo él ahora mismo. Sus ojos se llenan de lágrimas y deja que los recuerdos vuelvan, los acaricia, permite que le hagan daño y se rinde.
Los besos, las caricias. Los momentos de susurros, las noche de placer hasta que saliese el sol. Cuando enfermó y él estuvo ahí apoyándole, sus ojos lloros cuando fingió no conocerle. Cómo su voz se quedaba muda al otro lado del teléfono al darle la noticia de una muerte inventada. Todo le hacía daño, todas las mentiras que le había dicho por su bien, pero mentiras que le habían hecho volver a él una vez más.
¿Acaso el único verdadero es el amor primero?
“Dani, ¿hasta cuándo piensas seguir con esta falsa? Yo no puedo más, lo he visto de lejos y he estado tentado de acercarme y rodearle con mis brazos, besarle y decirle que no te ha pasado nada. Yo le amo, pero dudo que tú le ames, por favor, haz algo”-rezaba el mensaje de móvil entrante.
Fundido en Negro.

Parte 7.
Noches vacías y de mundos aparte. Sueños rotos y mentiras sin excusa. Personas que deberían de estar a centímetros se encuentran a distancia y personas que están lejos, esas personas se desearían estar tan cerca el uno del otro que el calificativo “cerca” quedaría totalmente inservible.
Es una noche más, una noche en la que las mentiras viajan deprisa y ayudan a formar la vida de unos y destrozan la vida de otros. ¿Acaso vivir una mentira, una ilusión, es más productivo que vivir una realidad que duela y haga daño? Algunas personas piensan que no, que es mejor vivir la realidad que vivir todo el día engañado.
Por lo que yo he probado de la mentira, estoy con los que apuestan por la realidad; pero conozco lo suficientemente el dolor de una realidad para saber que una mentira puede ser la más bella de las formas en las que vivir.
Christian apuesta por vivir una mentira. Daniel, o Alexis, quién sabe quién es quién ahora, también. Samuel lo intenta pero la realidad le abruma. Y Georgina… Bueno, ella prefiere vivir una mentira mientras destapa las realidades de los demás.
¿Y tú? ¿Con quién estás?

2 comentarios:

¿Te gusta? Añade un comentario, me vas a hacer muy feliz con él. También puedes convertirte en seguidor y saber cómo continua la historia de Christian, espero que te guste.
ATT.: Francisco Torres Mellado.