Parte 1.
¿Alguna vez os he contado por qué
no creo en el amor? Es sencillo, tal vez pienses que esté loco, que sólo soy un
bohemio que vive la vida como si fuera una filosofía, que me privo de los
placeres de salir de fiesta, de emborracharme y de divertirme.
Tal vez lo que tú no sepas es que
mi veo la vida con otros ojos. Que tú eres muy diferente a mí, pero no porque
yo esté aquí contándote algo mientras tú estás pendiente de cuándo vas a salir
de fiesta. Yo he visto el dolor ajeno, he sufrido el dolor propio. He visto
cómo han muerto personas a causa de enfermedades, he probado la impotencia de
ver cómo se morían lentamente y no podía hacer nada.
Ahora mismo, sé que Christian va
a sufrir, que ha dado una segunda oportunidad al amor que no debería haber dado
ya que las segundas oportunidades no sirven para olvidar lo que en un pasado
sufriste, a quien en unos meses anteriores amaste.
Pero él no sabe lo que es el amor
aún, o no se ha dado cuenta de que sólo hay un amor verdadero, ¿el primero?
Muchos dicen que sí, yo les llevo la contraria. Sé que puedes enamorarte muchas
veces, sé que como el amor primero es difícil encontrar otro, pero como he
dicho, les llevo la contraria porque sé que si el amor primero no es el
correcto a pesar de ser verdadero, habrá alguien en un futuro, no sabría si
decirte si lejano o próximo, que no sólo será el amor correcto sino que será tu
amor verdadero.
Y eso es lo que le pasará a
Christian, que caerá en su propia oscuridad y al final de todo, su amor verdadero
llegará.
O quién sabe, tal vez yo esté
equivocado y sí que el amor verdadero es sólo el primero. Lo siento mucho
Christian, aún no sé nada de tu futuro, pero podemos dejarnos llevar por la
vida y la mentira, ¿no?
Fundido en Negro.
Parte 2.
Lo primero que Christian había
hecho al despertarse al día siguiente de llegar de Londres había sido colgar
las fotos en tuenti y mirar los mensajes privados que Samuel le había dejado.
En total 7 mensajes, uno por cada día que habían pasado separados, el que más
le ha gustado, el último.
“Hola Christian. Hoy te tendré aquí conmigo otra vez, estoy deseando
volver a besarte, volver a tenerte en mi cama, poder pasar las noches contigo y
amanecer con un buenos días dormilón. En este no me quiero extender porque
quiero poder decirte todas las cosas que quiero decirte a la cara. Te amo, siempre”.
Querido Christian, tan inocente
que no sabes que esos siete mensajes están plagados de mentiras y de falsos
sentimientos que sólo buscan enredarte más, llenarte de esperanzas de un amor
verdadero y duradero.
Pero de un amor falso y doloroso.
Está ahora sentado en la cama
escuchando los cedés de música que se ha comprado en Londres, uno de ellos es
Bionic de Christina Aguilera. Nunca antes la había oído pero ahora sabe que le
encanta y que es una música que va con él y le levanta el ánimo, lo que pocas
canciones pueden hacer.
Su móvil suena pero la canción de
este queda amortiguada por el equipo de música que suena fuerte en su
habitación aprovechando que está solo. Es mejor que no lo coja, que no descubra
que al otro lado del altavoz va a sonar una verdad que le va a costar
muchísimas lágrimas y sufrimiento, que esa noticia le costará buscar una nueva
vida, o quedarse ahí estancado, sin nada que hacer o a dónde ir.
Pero como siempre se ha dicho: si
Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma.
Fundido en Negro.
Parte 3.
¿Por qué no le
cogía el móvil? Se suponía que ya había llegado de Londres y tenía que
mostrarle algo.
Georgina da
vueltas por su habitación impaciente mientras intenta llamar a Christian una y
otra vez. En el escritorio descansan las fotografías que Helena le había
conseguido y no puede reprimir las ganas de ir y enseñárselas. Pero también
quiere hacer sufrir a Samuel y tiene preparado algo y es que, las personas
vacías por dentro sólo buscan de alguien que libere sentimientos de dolor e ira
para alimentarse de ellos, y en este momento, Christian iba a ser la persona
perfecta.
Ella desiste en
llamarle y se mete de lleno en el vestidor, elige un conjunto perfecto para su
asesinato que es como ella llama a la destrucción de sentimientos falsos y
llenos de mentiras que sólo buscan atentar contra la ilusión de alguien.
Se viste unos
pantalones de tela negros y una camiseta blanca con un encaje semitransparente
por el pecho y la espalda descubierta, decide dejarse el pelo suelto y entre todos
sus zapatos elige unos tacones no muy altos también negros. Coge las fotos
rápidamente de encima del escritorio y las mete en un bolso, después sale de su
habitación directa a la boca del lobo.
Christian,
¿estás preparado para descubrir la verdadera naturaleza de tu amor o eres tú de
los que prefieren vivir en una bella mentira?
Fundido
en Negro.
Parte
4.
Las personas
somos rencorosas por naturaleza. Todos nosotros nos transformamos alrededor de
aquello que nos ha hecho daño. Cambiamos por dolor, por evitar que nos vuelva a
suceder, pero nunca estamos expuestos a otros dolores que aún no hemos sufrido.
Nadie puede
saber su futuro, ¿encontrarás trabajo? ¿Te irá bien en los estudios? ¿Te
casarás y formarás la familia que deseas tener?
Son preguntas
que a lo largo de nuestra juventud nos hacemos, preguntas a las que no les
encontramos respuesta hasta que en un determinado momento sucede, algo se
acciona y nuestra vida cambia. Entonces podemos responder a una o dos de todas las
preguntas que siempre nos formulamos.
A veces nos
preguntamos cosas que ni siquiera tienen respuesta en la infinidad de lo que
podría decirse que dura una vida porque, ¿acaso tenemos constancia de que
después de la vida no haya nada? ¿Acaso el más allá es tan sólo algo que han
desarrollado nuestros antepasados o alguien que volvió en otro cuerpo después
de morir?
Son preguntas
que van más allá de lo material, no es un simple ¿por qué respiro? Es el origen,
nuestro propio origen. Te preguntarás, ¿por qué me hablas del origen? ¿Acaso
Christian tiene algo que ver con el origen o todas esas preguntas que nos
hacemos y no tienen respuesta?
Déjame decirte
que no tiene relación directa pero, ¿acaso no nos preguntamos nosotros si
nuestro amor es verdadero o sólo pasajero? En el fondo esta pregunta es
exactamente igual a la pregunta de nuestra existencia. ¿Quién puede decirte si
es verdadero lo que sientes? ¿Acaso alguien te va a decir que no amas a una
persona o que la amas más o menos? Eso sólo puedes saber tú, pero Christian…
Él es distinto,
él se vuelca en sus relaciones, él cambia conforme a la persona que entra en su
vida. Al contrario que Georgina, ella no cambia, ella no se muestra diferente,
siempre igual, siempre dispuesta a todo. Ella es la seguridad, la certeza de
que todo va a ir mal y que la gente a veces ha de rendirse, él es la esperanza,
la luz y las ganas de seguir adelante por muchas veces caigan.
Como decía al
principio, somos rencorosos por naturaleza. Siempre tendemos a odiar, a no
poder perdonar a quien nos abandona o nos hiere. Pero hay personas que por
mucho daño que nos hagan, por muchas lágrimas que nos hagan derramar se nos
hará imposible odiarlas, porque esas personas nos dan todo de sí. Su cariño, su
vida, nos entregan su corazón en mano diciéndonos: “Confío en ti, es tuyo, haz
lo que quieres”.
Y nuestro amigo
Christian es de esos, pero es el momento de cambiar, de decir “hasta aquí he
llegado” y convertirse en un cuerpo sin vida, en un chico que ama por amar y
que moriría por un te quiero.
Ahora, ¿estás
tú preparado para saber la verdad? ¿Para conocer lo que significa sufrir por
amor? ¿Eres consciente de que el dolor de Christian lo puedes sufrir tú? No, no
lo eres aún. No puedes entender esto si no has sufrido en tu propia piel lo que
es el deseo de querer algo, tenerlo y que el destino nos lo arrebate de las
manos.
Parte
5.
Tocan a la
puerta y Christian se levanta algo cabreado porque le molestan en su momento de
música, al abrirla se queda impactado al ver a Georgina vestida elegante pero
informal mirándole directamente a los ojos.
A los dos es
imposible fundirse en un abrazo que dura minutos y que si por ellos fuese, no
acabaría nunca.
Georgina: La
última vez que te vi estabas muy mal.
Christian: Lo
sé… Pero ya estoy mejor, soy feliz. ¿Pasas?
Ella entra
directamente a su cuarto mientras él cierra la puerta. ¿Feliz? ¿De verdad ha
pronunciado esas cinco letras que nombra un sentimiento que ni siquiera existe?
Él no sabe lo que es ser feliz aún, o quién sabe, con Dani podría haberlo sido
perfectamente. Pero ese idiota no se merecía a alguien como Christian.
Christian: ¿Y
bien? ¿A qué has venido?
Georgina (roza
los botones del reproductor mientas comienza 100 Suns): Nuestra canción.
Christian
(sonríe al ver que ella se acuerda de cuál es su canción): Sí, lo sé. Compré el
cedé en Londres, están más baratos ¿sabías?
Georgina: Claro
que lo sabía tonto, ¿te tengo que recordar que yo lo sé todo?
Christian: Oh
(levanta los brazos), la gran Georgina que lo sabe todo, y dime gran Georgina,
¿encontraré el amor verdadero?
Georgina (ríe
sarcásticamente): Dímelo tú a mí, ¿amas a Samuel?
Entonces
Christian se queda totalmente helado. ¿Cómo sabe lo de Samuel? ¿Se conocen?
¿Ella le ha estado siguiendo? Es imposible. Nadie sabe de su relación con
Samuel, es una locura que alguien se lo haya dicho, pero claro… Ella lo sabe
todo.
Christian: ¿Cómo
lo sabes? ¿Quién te lo ha dicho Georgina?
Georgina: ¿Qué
más da? Sabes que tengo mis contactos. Christian, te repito mi pregunta, ¿amas
a Samuel?
Christian: Sí,
¿por qué no lo iba a amar? Si no sería obvio que no estaría con él.
Georgina: ¿Y
Dani? ¿Le has buscado en Londres?
Christian: Dani
es el pasado, no lo nombres, además está muerto.
Georgina: Oh
vamos, ¿en serio piensas que está muerto? ¿De verdad estás tan seguro? Sabes
que no, que algo en tu interior te dice que está vivo, que te arrastra a él, al
amor que tuvisteis, a vuestro amor que sigue ahí, sin perderse.
Christian (se
coge al pomo de la puerta y respira hondo, cierra los ojos): No te metas en mi
vida Georgina, no lo hagas por favor (abre los ojos y la mira). ¿Por qué te
sigue importando mi vida?
Georgina: No es
que me importe, es que tú mismo me entregaste tu vida. No te voy a dejar solo,
no lo haré de nuevo.
Christian:
¿Dejarme solo? ¿Quién dice que te necesito? Estoy bien, puedo yo solo llevar mi
vida.
Georgina: ¿Cómo
has dicho? ¿Que puedes tu solo qué? No me hagas reír Christian, no puedes
llevar tu vida, no puedes ni siquiera saber qué hace tu novio cuando no estás.
Christian (se
le para el corazón por un momento y después vuelve a bombear más fuerte aún):
¿Mi novio? ¿Lo estás vigilando? ¡Georgina joder! ¡Déjame en paz! ¿Es que no lo
entiendes? Es mi vida, ¡mi vida!
Georgina: Mira
Christian, yo sé que sigues totalmente enamorado de Daniel a pesar de haberte
follado a su mejor amigo Rubén y a estar saliendo con Samuel, no le amas, ni
amarás nunca a nadie como a Daniel, él es tu primer amor.
Christian: ¿Y
tú que sabes del amor Georgina? Tú no tienes corazón.
Georgina
(sacando las fotos del bolso y tirándolas en la cama): ¿Yo? Mira, sé que él no
te ama o no se acostaría con otro. Y ahora ya he venido a hacer lo que quería,
adiós.
La chica sale
de la habitación dejando a Christian helado. ¿Acostarse con otro? ¿Ha dicho
eso? ¿Su Samuel poniéndole los cuernos? Es… Tiene que ser un error, todos los
privados, los mensajes de texto a Londres, es algo que no puede suceder, ¿él
ponerle los cuernos? Es como decir que sin agua no podríamos vivir. La puerta
del piso se cierra.
Es otra mentira
de ella.
Suspira y
decide no coger las fotos. En lugar de ello coge el móvil y le llama, está
apagado o fuera de cobertura y las dudas sólo le golpean las sienes como si se
tratasen de miles de puñales.
Christian reúne
fuerzas y coge las fotos. Las mira todas de una en una y se prepara para el
siguiente paso, para lo que tiene que hacer ahora.
Fundido
en Negro.
Parte
6.
Samuel tiene
entre sus brazos a Pablo. Es la última tarde que van a pasar juntos, es hora de
que se despidan, de que desaparezca de su vida y centrarse en Christian, su
único y verdadero amor.
Tendría que esconder
esto, las infidelidades y los besos de ese extraño que se pasaba las tardes
entre sus piernas, enredados los dos entre unas sábanas de las que habría que
eliminar los recuerdos de un amor pasajero y falso.
Samuel (besando
la cabeza del chico): Te quiero muchísimo y te querré siempre…
Pablo
(moviéndose para mirarle a los ojos): ¿Sammy? ¿Cariño? ¿Por qué dices eso?
Suena triste…
Antes de que el
mayor pueda contestar tocan a la puerta. Al principio lo hacen flojo, después
recurren a un poco más de fuerza. Samuel se sobresalta y se levanta de la cama
dejando a Pablo solo, se viste con los pantalones que están en el suelo y la
camiseta que yace sobre la silla del escritorio.
Samuel: Quédate
aquí y no hables ni salgas para nada, ¿entendido?
Pablo asiente
con la cabeza y tras la respuesta Samuel cierra la puerta y se dirige a la
puerta de la entrada. ¿Quién será? No vería a Christian hasta las 9 de esa
misma noche y aún era las 7 de la tarde, tenía dos horas para despedirse del
pequeño y vestirse.
El pequeño…
Pablo tiene
catorce años mientas él tiene dieciocho, claro, es el pequeño. Pero lo hace
todo tan bien en la cama… Estos pensamientos provocan una ligera erección en
Samuel que decide bajar al volver a la cama son su pequeño, como él está
acostumbrado a llamarle en pensamientos.
Siguen
golpeando la puerta y él la abre bastante cabreado por los golpes.
Samuel: ¿Por
qué cojones tocas tan fuerte?
Los ojos de
Christian llorando le provocan un silencio sepulcral. ¿De verdad es él? Tenía
que evitar que fuera a su habitación, tenía que esconder a Pablo. ¿Qué le
pasaba? ¿Por qué lloraba?
Su instinto es
abrazarle pero Christian rechaza sus brazos y le mira. Sus ojos muestran odio y
rencor, muestran algo que nunca deberían de haber mostrado. Este entra en la
casa portando unas fotos en la mano y se queda en la puerta del salón.
Samuel: Cariño
siento haberte gritado… ¿Qué te pasa?
Christina (le
tira las fotos al pecho y le grita: ¿Me explicas esto? ¿Qué qué me pasa? ¿Eres
idiota? ¿Te crees que no me voy a dar cuenta? ¿Qué eres un mentiroso nato? ¡No
Samuel! ¡No lo eres y la has cagado!
Samuel (mirando
las fotos y viéndose a sí mismo besando a Pablo): ¿De dónde las has sacado? ¿Me
has estado espiando mientras estabas en Londres? ¿Esa es la confianza que
tienes en mí?
Christian: Por
desgracia no he sido yo quien quería que te siguiera. Sí que confiaba en ti,
confiaba en que todos esos mensajes fuesen ciertos, que sus sentimientos, los
míos, que fueran mutuos. ¿Y ahora? ¿Me vas a decir que no confío en ti?
¿Después de estas fotos? Por favor Samuel.
Samuel: Yo… No
sé qué decir Christian.
Christian:
Comprenderás que no quiero saber de ti, que un perdón no basta, que no voy a
besar unos labios de alguien que ha regalado besos mientras amaba a otro, si me
has amado alguna vez Samuel, porque ahora lo dudo.
Este se acerca
a él e intenta abrazarlo pero le rechaza. No le mira a los ojos y se dirige a
la entrada de la casa.
Christian: Sólo
te pido una cosa, no le hagas daño a ese chico. No se lo merece.
Y la puerta se
cierra y dos vidas se separan kilómetros de distancia. Vidas que giran en
planetas diferentes, en noches vacías y días sin arte. Ahora las mentiras no
sirven de nada. Toca volver a hacer sus vidas, perderse en la infinidad del
destino y buscar a otra persona de la cual alimentarse.
La puerta de la
habitación se abre y sale Pablo desnudo arropado con una de las sábanas, le
mira a los ojos aguantando las lágrimas y le pide en silencio una explicación.
Samuel: Pablo
yo… No es que no te ame, estaba con él y te conocí y…
El pequeño
niega con la cabeza mientas camina hasta el corazón roto de Samuel y decide
recogerlo. Le rodea la cara con las manos dejando caer la sábana y le besa
lentamente, aumentando después la pasión de su beso.
Fundido
en Negro.
Parte
7.
Y así quedan
las cosas después de una mentira, después de un amor basado en palabras sin
sentido y en noches de sexo sin amor.
Christian se ha
quedad solo para buscar respuestas a las preguntas que ahora le rodean en su
cabeza, ¿es verdad que el amor verdadero es sólo el primero? ¿Que sólo podrá
amar a Dani? También debe de cambiar, de volverse más duro, de no dejarse
engañar con el primero que le rodee de la cintura y le diga que le gusta.
Georgina sigue
igual, esta vez contenta por lo que ha logrado pero al mismo tiempo frustrada
de ver a un Christian apagado y sin esperanzas en su vida. Ahora le toca sacar
su lado bueno, vestirse de ángel, recoger los pedazos del corazón roto de un
adolescente y ayudarle a encontrar un sentido a su vida.
Y luego está
Samuel, viviendo una nueva mentira al lado de Pablo, un chico que ha elegido
vivir la belleza y mortalidad de las mentiras. A pesar de que el primero de
estos dos está feliz por no haber salido tan mal parado de su infidelidad algo
come su cabeza poco a poco, y ese es Christian y sus ojos lloros.
Como siempre he
dicho y he pensado, las segundas oportunidades no sirven para olvidar, ni los
amores del pasado ni los daños que nos han causado. Sólo un amor verdadero
puede hacer olvidar todos los demás amores pasajeros y sin sentido. Pero claro,
siempre nos queda que el amor haga de nuestra propia vida un infierno por amar
y ser correspondidos.
Fin de la Segunda Parte.
Intriga, confesion, mentiras. No puedo esperar a saber que sera de la vida de Christian
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