lunes, 10 de septiembre de 2012

Capítulo 18:


Parte 1.
¿Alguna vez os he contado por qué no creo en el amor? Es sencillo, tal vez pienses que esté loco, que sólo soy un bohemio que vive la vida como si fuera una filosofía, que me privo de los placeres de salir de fiesta, de emborracharme y de divertirme.
Tal vez lo que tú no sepas es que mi veo la vida con otros ojos. Que tú eres muy diferente a mí, pero no porque yo esté aquí contándote algo mientras tú estás pendiente de cuándo vas a salir de fiesta. Yo he visto el dolor ajeno, he sufrido el dolor propio. He visto cómo han muerto personas a causa de enfermedades, he probado la impotencia de ver cómo se morían lentamente y no podía hacer nada.
Ahora mismo, sé que Christian va a sufrir, que ha dado una segunda oportunidad al amor que no debería haber dado ya que las segundas oportunidades no sirven para olvidar lo que en un pasado sufriste, a quien en unos meses anteriores amaste.
Pero él no sabe lo que es el amor aún, o no se ha dado cuenta de que sólo hay un amor verdadero, ¿el primero? Muchos dicen que sí, yo les llevo la contraria. Sé que puedes enamorarte muchas veces, sé que como el amor primero es difícil encontrar otro, pero como he dicho, les llevo la contraria porque sé que si el amor primero no es el correcto a pesar de ser verdadero, habrá alguien en un futuro, no sabría si decirte si lejano o próximo, que no sólo será el amor correcto sino que será tu amor verdadero.
Y eso es lo que le pasará a Christian, que caerá en su propia oscuridad y al final de todo, su amor verdadero llegará.
O quién sabe, tal vez yo esté equivocado y sí que el amor verdadero es sólo el primero. Lo siento mucho Christian, aún no sé nada de tu futuro, pero podemos dejarnos llevar por la vida y la mentira, ¿no?
Fundido en Negro.

Parte 2.
Lo primero que Christian había hecho al despertarse al día siguiente de llegar de Londres había sido colgar las fotos en tuenti y mirar los mensajes privados que Samuel le había dejado. En total 7 mensajes, uno por cada día que habían pasado separados, el que más le ha gustado, el último.
“Hola Christian. Hoy te tendré aquí conmigo otra vez, estoy deseando volver a besarte, volver a tenerte en mi cama, poder pasar las noches contigo y amanecer con un buenos días dormilón. En este no me quiero extender porque quiero poder decirte todas las cosas que quiero decirte a la cara. Te amo, siempre”.
Querido Christian, tan inocente que no sabes que esos siete mensajes están plagados de mentiras y de falsos sentimientos que sólo buscan enredarte más, llenarte de esperanzas de un amor verdadero y duradero.
Pero de un amor falso y doloroso.

Está ahora sentado en la cama escuchando los cedés de música que se ha comprado en Londres, uno de ellos es Bionic de Christina Aguilera. Nunca antes la había oído pero ahora sabe que le encanta y que es una música que va con él y le levanta el ánimo, lo que pocas canciones pueden hacer.
Su móvil suena pero la canción de este queda amortiguada por el equipo de música que suena fuerte en su habitación aprovechando que está solo. Es mejor que no lo coja, que no descubra que al otro lado del altavoz va a sonar una verdad que le va a costar muchísimas lágrimas y sufrimiento, que esa noticia le costará buscar una nueva vida, o quedarse ahí estancado, sin nada que hacer o a dónde ir.
Pero como siempre se ha dicho: si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma.
Fundido en Negro.

Parte 3.
¿Por qué no le cogía el móvil? Se suponía que ya había llegado de Londres y tenía que mostrarle algo.
Georgina da vueltas por su habitación impaciente mientras intenta llamar a Christian una y otra vez. En el escritorio descansan las fotografías que Helena le había conseguido y no puede reprimir las ganas de ir y enseñárselas. Pero también quiere hacer sufrir a Samuel y tiene preparado algo y es que, las personas vacías por dentro sólo buscan de alguien que libere sentimientos de dolor e ira para alimentarse de ellos, y en este momento, Christian iba a ser la persona perfecta.
Ella desiste en llamarle y se mete de lleno en el vestidor, elige un conjunto perfecto para su asesinato que es como ella llama a la destrucción de sentimientos falsos y llenos de mentiras que sólo buscan atentar contra la ilusión de alguien.
Se viste unos pantalones de tela negros y una camiseta blanca con un encaje semitransparente por el pecho y la espalda descubierta, decide dejarse el pelo suelto y entre todos sus zapatos elige unos tacones no muy altos también negros. Coge las fotos rápidamente de encima del escritorio y las mete en un bolso, después sale de su habitación directa a la boca del lobo.
Christian, ¿estás preparado para descubrir la verdadera naturaleza de tu amor o eres tú de los que prefieren vivir en una bella mentira?
Fundido en Negro.

Parte 4.
Las personas somos rencorosas por naturaleza. Todos nosotros nos transformamos alrededor de aquello que nos ha hecho daño. Cambiamos por dolor, por evitar que nos vuelva a suceder, pero nunca estamos expuestos a otros dolores que aún no hemos sufrido.
Nadie puede saber su futuro, ¿encontrarás trabajo? ¿Te irá bien en los estudios? ¿Te casarás y formarás la familia que deseas tener?
Son preguntas que a lo largo de nuestra juventud nos hacemos, preguntas a las que no les encontramos respuesta hasta que en un determinado momento sucede, algo se acciona y nuestra vida cambia. Entonces podemos responder a una o dos de todas las preguntas que siempre nos formulamos.
A veces nos preguntamos cosas que ni siquiera tienen respuesta en la infinidad de lo que podría decirse que dura una vida porque, ¿acaso tenemos constancia de que después de la vida no haya nada? ¿Acaso el más allá es tan sólo algo que han desarrollado nuestros antepasados o alguien que volvió en otro cuerpo después de morir?
Son preguntas que van más allá de lo material, no es un simple ¿por qué respiro? Es el origen, nuestro propio origen. Te preguntarás, ¿por qué me hablas del origen? ¿Acaso Christian tiene algo que ver con el origen o todas esas preguntas que nos hacemos y no tienen respuesta?
Déjame decirte que no tiene relación directa pero, ¿acaso no nos preguntamos nosotros si nuestro amor es verdadero o sólo pasajero? En el fondo esta pregunta es exactamente igual a la pregunta de nuestra existencia. ¿Quién puede decirte si es verdadero lo que sientes? ¿Acaso alguien te va a decir que no amas a una persona o que la amas más o menos? Eso sólo puedes saber tú, pero Christian…
Él es distinto, él se vuelca en sus relaciones, él cambia conforme a la persona que entra en su vida. Al contrario que Georgina, ella no cambia, ella no se muestra diferente, siempre igual, siempre dispuesta a todo. Ella es la seguridad, la certeza de que todo va a ir mal y que la gente a veces ha de rendirse, él es la esperanza, la luz y las ganas de seguir adelante por muchas veces caigan.
Como decía al principio, somos rencorosos por naturaleza. Siempre tendemos a odiar, a no poder perdonar a quien nos abandona o nos hiere. Pero hay personas que por mucho daño que nos hagan, por muchas lágrimas que nos hagan derramar se nos hará imposible odiarlas, porque esas personas nos dan todo de sí. Su cariño, su vida, nos entregan su corazón en mano diciéndonos: “Confío en ti, es tuyo, haz lo que quieres”.
Y nuestro amigo Christian es de esos, pero es el momento de cambiar, de decir “hasta aquí he llegado” y convertirse en un cuerpo sin vida, en un chico que ama por amar y que moriría por un te quiero.
Ahora, ¿estás tú preparado para saber la verdad? ¿Para conocer lo que significa sufrir por amor? ¿Eres consciente de que el dolor de Christian lo puedes sufrir tú? No, no lo eres aún. No puedes entender esto si no has sufrido en tu propia piel lo que es el deseo de querer algo, tenerlo y que el destino nos lo arrebate de las manos.

Parte 5.
Tocan a la puerta y Christian se levanta algo cabreado porque le molestan en su momento de música, al abrirla se queda impactado al ver a Georgina vestida elegante pero informal mirándole directamente a los ojos.
A los dos es imposible fundirse en un abrazo que dura minutos y que si por ellos fuese, no acabaría nunca.
Georgina: La última vez que te vi estabas muy mal.
Christian: Lo sé… Pero ya estoy mejor, soy feliz. ¿Pasas?
Ella entra directamente a su cuarto mientras él cierra la puerta. ¿Feliz? ¿De verdad ha pronunciado esas cinco letras que nombra un sentimiento que ni siquiera existe? Él no sabe lo que es ser feliz aún, o quién sabe, con Dani podría haberlo sido perfectamente. Pero ese idiota no se merecía a alguien como Christian.
Christian: ¿Y bien? ¿A qué has venido?
Georgina (roza los botones del reproductor mientas comienza 100 Suns): Nuestra canción.
Christian (sonríe al ver que ella se acuerda de cuál es su canción): Sí, lo sé. Compré el cedé en Londres, están más baratos ¿sabías?
Georgina: Claro que lo sabía tonto, ¿te tengo que recordar que yo lo sé todo?
Christian: Oh (levanta los brazos), la gran Georgina que lo sabe todo, y dime gran Georgina, ¿encontraré el amor verdadero?
Georgina (ríe sarcásticamente): Dímelo tú a mí, ¿amas a Samuel?
Entonces Christian se queda totalmente helado. ¿Cómo sabe lo de Samuel? ¿Se conocen? ¿Ella le ha estado siguiendo? Es imposible. Nadie sabe de su relación con Samuel, es una locura que alguien se lo haya dicho, pero claro… Ella lo sabe todo.
Christian: ¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo ha dicho Georgina?
Georgina: ¿Qué más da? Sabes que tengo mis contactos. Christian, te repito mi pregunta, ¿amas a Samuel?
Christian: Sí, ¿por qué no lo iba a amar? Si no sería obvio que no estaría con él.
Georgina: ¿Y Dani? ¿Le has buscado en Londres?
Christian: Dani es el pasado, no lo nombres, además está muerto.
Georgina: Oh vamos, ¿en serio piensas que está muerto? ¿De verdad estás tan seguro? Sabes que no, que algo en tu interior te dice que está vivo, que te arrastra a él, al amor que tuvisteis, a vuestro amor que sigue ahí, sin perderse.
Christian (se coge al pomo de la puerta y respira hondo, cierra los ojos): No te metas en mi vida Georgina, no lo hagas por favor (abre los ojos y la mira). ¿Por qué te sigue importando mi vida?
Georgina: No es que me importe, es que tú mismo me entregaste tu vida. No te voy a dejar solo, no lo haré de nuevo.
Christian: ¿Dejarme solo? ¿Quién dice que te necesito? Estoy bien, puedo yo solo llevar mi vida.
Georgina: ¿Cómo has dicho? ¿Que puedes tu solo qué? No me hagas reír Christian, no puedes llevar tu vida, no puedes ni siquiera saber qué hace tu novio cuando no estás.
Christian (se le para el corazón por un momento y después vuelve a bombear más fuerte aún): ¿Mi novio? ¿Lo estás vigilando? ¡Georgina joder! ¡Déjame en paz! ¿Es que no lo entiendes? Es mi vida, ¡mi vida!
Georgina: Mira Christian, yo sé que sigues totalmente enamorado de Daniel a pesar de haberte follado a su mejor amigo Rubén y a estar saliendo con Samuel, no le amas, ni amarás nunca a nadie como a Daniel, él es tu primer amor.
Christian: ¿Y tú que sabes del amor Georgina? Tú no tienes corazón.
Georgina (sacando las fotos del bolso y tirándolas en la cama): ¿Yo? Mira, sé que él no te ama o no se acostaría con otro. Y ahora ya he venido a hacer lo que quería, adiós.
La chica sale de la habitación dejando a Christian helado. ¿Acostarse con otro? ¿Ha dicho eso? ¿Su Samuel poniéndole los cuernos? Es… Tiene que ser un error, todos los privados, los mensajes de texto a Londres, es algo que no puede suceder, ¿él ponerle los cuernos? Es como decir que sin agua no podríamos vivir. La puerta del piso se cierra.
Es otra mentira de ella.
Suspira y decide no coger las fotos. En lugar de ello coge el móvil y le llama, está apagado o fuera de cobertura y las dudas sólo le golpean las sienes como si se tratasen de miles de puñales.
Christian reúne fuerzas y coge las fotos. Las mira todas de una en una y se prepara para el siguiente paso, para lo que tiene que hacer ahora.
Fundido en Negro.

Parte 6.
Samuel tiene entre sus brazos a Pablo. Es la última tarde que van a pasar juntos, es hora de que se despidan, de que desaparezca de su vida y centrarse en Christian, su único y verdadero amor.
Tendría que esconder esto, las infidelidades y los besos de ese extraño que se pasaba las tardes entre sus piernas, enredados los dos entre unas sábanas de las que habría que eliminar los recuerdos de un amor pasajero y falso.
Samuel (besando la cabeza del chico): Te quiero muchísimo y te querré siempre…
Pablo (moviéndose para mirarle a los ojos): ¿Sammy? ¿Cariño? ¿Por qué dices eso? Suena triste…
Antes de que el mayor pueda contestar tocan a la puerta. Al principio lo hacen flojo, después recurren a un poco más de fuerza. Samuel se sobresalta y se levanta de la cama dejando a Pablo solo, se viste con los pantalones que están en el suelo y la camiseta que yace sobre la silla del escritorio.
Samuel: Quédate aquí y no hables ni salgas para nada, ¿entendido?
Pablo asiente con la cabeza y tras la respuesta Samuel cierra la puerta y se dirige a la puerta de la entrada. ¿Quién será? No vería a Christian hasta las 9 de esa misma noche y aún era las 7 de la tarde, tenía dos horas para despedirse del pequeño y vestirse.
El pequeño…
Pablo tiene catorce años mientas él tiene dieciocho, claro, es el pequeño. Pero lo hace todo tan bien en la cama… Estos pensamientos provocan una ligera erección en Samuel que decide bajar al volver a la cama son su pequeño, como él está acostumbrado a llamarle en pensamientos.
Siguen golpeando la puerta y él la abre bastante cabreado por los golpes.
Samuel: ¿Por qué cojones tocas tan fuerte?
Los ojos de Christian llorando le provocan un silencio sepulcral. ¿De verdad es él? Tenía que evitar que fuera a su habitación, tenía que esconder a Pablo. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué lloraba?
Su instinto es abrazarle pero Christian rechaza sus brazos y le mira. Sus ojos muestran odio y rencor, muestran algo que nunca deberían de haber mostrado. Este entra en la casa portando unas fotos en la mano y se queda en la puerta del salón.
Samuel: Cariño siento haberte gritado… ¿Qué te pasa?
Christina (le tira las fotos al pecho y le grita: ¿Me explicas esto? ¿Qué qué me pasa? ¿Eres idiota? ¿Te crees que no me voy a dar cuenta? ¿Qué eres un mentiroso nato? ¡No Samuel! ¡No lo eres y la has cagado!
Samuel (mirando las fotos y viéndose a sí mismo besando a Pablo): ¿De dónde las has sacado? ¿Me has estado espiando mientras estabas en Londres? ¿Esa es la confianza que tienes en mí?
Christian: Por desgracia no he sido yo quien quería que te siguiera. Sí que confiaba en ti, confiaba en que todos esos mensajes fuesen ciertos, que sus sentimientos, los míos, que fueran mutuos. ¿Y ahora? ¿Me vas a decir que no confío en ti? ¿Después de estas fotos? Por favor Samuel.
Samuel: Yo… No sé qué decir Christian.
Christian: Comprenderás que no quiero saber de ti, que un perdón no basta, que no voy a besar unos labios de alguien que ha regalado besos mientras amaba a otro, si me has amado alguna vez Samuel, porque ahora lo dudo.
Este se acerca a él e intenta abrazarlo pero le rechaza. No le mira a los ojos y se dirige a la entrada de la casa.
Christian: Sólo te pido una cosa, no le hagas daño a ese chico. No se lo merece.
Y la puerta se cierra y dos vidas se separan kilómetros de distancia. Vidas que giran en planetas diferentes, en noches vacías y días sin arte. Ahora las mentiras no sirven de nada. Toca volver a hacer sus vidas, perderse en la infinidad del destino y buscar a otra persona de la cual alimentarse.
La puerta de la habitación se abre y sale Pablo desnudo arropado con una de las sábanas, le mira a los ojos aguantando las lágrimas y le pide en silencio una explicación.
Samuel: Pablo yo… No es que no te ame, estaba con él y te conocí y…
El pequeño niega con la cabeza mientas camina hasta el corazón roto de Samuel y decide recogerlo. Le rodea la cara con las manos dejando caer la sábana y le besa lentamente, aumentando después la pasión de su beso.
Fundido en Negro.

Parte 7.
Y así quedan las cosas después de una mentira, después de un amor basado en palabras sin sentido y en noches de sexo sin amor.
Christian se ha quedad solo para buscar respuestas a las preguntas que ahora le rodean en su cabeza, ¿es verdad que el amor verdadero es sólo el primero? ¿Que sólo podrá amar a Dani? También debe de cambiar, de volverse más duro, de no dejarse engañar con el primero que le rodee de la cintura y le diga que le gusta.
Georgina sigue igual, esta vez contenta por lo que ha logrado pero al mismo tiempo frustrada de ver a un Christian apagado y sin esperanzas en su vida. Ahora le toca sacar su lado bueno, vestirse de ángel, recoger los pedazos del corazón roto de un adolescente y ayudarle a encontrar un sentido a su vida.
Y luego está Samuel, viviendo una nueva mentira al lado de Pablo, un chico que ha elegido vivir la belleza y mortalidad de las mentiras. A pesar de que el primero de estos dos está feliz por no haber salido tan mal parado de su infidelidad algo come su cabeza poco a poco, y ese es Christian y sus ojos lloros.
Como siempre he dicho y he pensado, las segundas oportunidades no sirven para olvidar, ni los amores del pasado ni los daños que nos han causado. Sólo un amor verdadero puede hacer olvidar todos los demás amores pasajeros y sin sentido. Pero claro, siempre nos queda que el amor haga de nuestra propia vida un infierno por amar y ser correspondidos.

Fin de la Segunda Parte.

1 comentario:

  1. Intriga, confesion, mentiras. No puedo esperar a saber que sera de la vida de Christian

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¿Te gusta? Añade un comentario, me vas a hacer muy feliz con él. También puedes convertirte en seguidor y saber cómo continua la historia de Christian, espero que te guste.
ATT.: Francisco Torres Mellado.