Parte 1.
Christian le ha dicho a su madre
que pasará toda la semana en casa de un amigo suyo debido a varios trabajos que
tienen que hacer, que volverá el viernes. Ha vuelto a mentir, se está pasando
ya, él nunca lo había hecho, pero claro, ¿cómo cuenta que se ha enamorado de un
chico y que está saliendo con él? Claro, no puede. Su padre es homófobo y… Le
echaría de casa.
Rubén le mira. Está en bóxer,
pasaron la noche juntos, abrazados. A Christian le parecía simple amistad, un
simple gesto de bondad mediante el cual hacerle sentir mejor, en cambio Rubén…
Rubén estaba haciéndolo por algo más. A él no le importaba Dani, no, no es que
no le importase, es su mejor amigo desde que eran pequeños… Simplemente, que no
estaba con Christian por él, si no por otras razones ajenas, razones que nadie
debe de saber porque de lo contrario… Habría problemas.
Él se acerca al joven que se ha
quedado dormido en el sillón y lo coge en brazos con cuidado, lo lleva hasta su
propia habitación en la cual la cama está deshecha y allí lo acuesta, lo tapa con
cariño y una vez termina sonríe, coge unos pantalones vaqueros del armario y
una camiseta gris y sale del cuarto para vestirse en el baño, quiere ir a hacer
unos recados y Christian tardará en despertarse.
Fundido en Negro.
Parte 2.
Georgina ya está levantado y
organizándolo todo. No deja de hacer llamadas, a varias empresas de cáterin, a
floristerías, orquestas de música. Lo tiene todo, incluso tiene el sitio. A
reservado un recinto sin techo desde el cual se verán las estrellas. El sitio
es precioso, todo de mármol blanco decorado en una imitación a la antigüedad grecolatina.
Ella ya tiene su vestido, llevará
un corto vestido de gasa rojo a juego con sus tacones de botín del mismo color.
Y también tiene el traje para su novio. Será morado con una camisa rosa palo y
una corbata negra. Irá muy elegante; cuando lo vio en el catálogo sabía que
tenía que ser para él, ya que era su color favorito y con el cuerpo que tiene…
Lo vestirá genial.
Se sienta en las escaleras de su
casa y envía un mensaje a Helena. Pasa la mano por su pelo, lo lleva muy bien
arreglado a pesar de ser las diez y media de la mañana, como si hubiese estado
en la peluquería. Están a jueves, un día más y estaría en la fiesta, rodeada de
la gente que quería, demostrándole a Christian que podía amarlo igual, o incluso
mil veces más que ese crío. Aunque, por otro lado…
Daniel se irá el sábado a
Londres, así que no tendrá nadie contra quien luchar, contra quien sentirse
superior para derrotar. Ella ya ha ganado la batalla.
Siente cómo se mueve algo dentro
de su estómago, se lleva las manos a su barriga, se siente mareada y tiene
náuseas. Sube corriendo las escaleras hasta llegar al cuarto de baño y vomita,
no porque ella quiere como solía hacer, sino porque su cuerpo lo hace, es como
si lo necesitase.
Tras vomitar varias veces se
apoya en la pared y se queda mirando el techo, el mareo ya ha pasado pero sigue
trastornada. ¿Qué le está pasando? Entonces la respuesta llega a su cabeza
demasiado rápido y le duele, le duele tal y como si le hubiesen clavado un
puñal en el estómago.
Recuerda la pregunta de su amiga,
“Y bueno tía cuéntame, ¿lo hiciste con
condón? Porque si no…”. Ahora lo comprende todo. ¿Cuándo le tenía que haber
bajado la regla? Hace dos días, ¿cuándo lo hizo con Liam? El domingo. Todo
encaja perfectamente, el miedo le recorre todo el cuerpo, no le puede pasar a
ella, porque no. Es imposible que lleve un ser de… De ese dentro de ella. Y más
si está saliendo con Christian, ¿cómo le va a explicar el embarazo si aún no lo
han hecho? Ríe ante la pregunta que se acaba de hacer, y nunca serían capaz de
hacerlo.
Coge su móvil que está en los
bolsillos de esos pantalones pitillo que de golpe le aprietan más que nunca.
Tiene que abortar, otra vez, no puede hacer su vida de nuevo, y menos con un
bebé. Marca el número de Helena el cual se sabe de memoria y espera a que le
coja el móvil una amiga dormida aún.
Georgina: Tía, necesito ir al
hospital, que me vea tu padre, creo que estoy embarazada.
Helena (saliendo de su sueño de
golpe y gritando): ¿Qué? No, espérate. ¿Cómo que crees que estás embarazada?
¿De quién?
Georgina: De Liam joder, ¿de
quién si no? Me acosté con él sin condón, y me tenía que haber bajado hace dos
días, el martes y no lo ha hecho.
Helena: Es imposible Gi. Lo hicisteis
el domingo, en dos días no puedes quedarte embarazada.
Georgina: Helena, que sí. Lo
noto; es como si creciera dentro de mí lentamente y me marcase. Y tengo el
presentimiento de que será una niña. Estoy segura.
Helena: Te estás precipitando,
pero te voy a ayudar. Hablaré con mi padre como la última vez, tú llama a Liam,
creo que debéis de hablar de esto.
Georgina: ¿Que lo llame? Ah no,
por eso me niego a pasar. Abortaré y él no tiene por qué enterarse.
Helena: Es que tal vez él quiera
tener lo que venga al mundo y ser el padre.
Después cuelga, dejando las
palabras en el aire, junto con las dudas y las preguntas. Millones de ellas que
necesitan respuesta.
Fundido en Negro.
Parte 3.
Christian se ha despertado solo
en el piso de su novio. Sabe que Rubén va a volver porque habrá salido a hacer
unas compras. Están a… ¿Jueves? Ladea la cabeza, no lo quiere ni saber, no le
importa nada el día en el que vive. Lleva toda la semana sin ir al instituto.
Se da le vuelta en la cama y piensa en su novio. Allí encerrado entre cuatro
paredes, en una cárcel compuesta por tubos que entran y salen de su cuerpo.
Aprieta los ojos y estos se inundan de lágrimas. ¿Por qué él? ¿Por qué al amor
de su vida?
Se levanta de la cama, está en
bóxer. Sabe que no hay nadie en la casa así que le da igual, total, Rubén ya lo
habrá visto si lo ha llevado hasta la cama, porque él no se acuerda de haberse
ido por su propio pie anoche.
En la cocina se sienta en una de
las sillas y mira por la ventana, se quita las lágrimas de los ojos y cansado
de llorar y de maldecirse a sí mismo decide desayunar.
Coge un vaso y lo llena de leche hasta la mitad, lo mete en
el microondas y lo calienta durante medio minuto, después lo saca y le pone
cacao en polvo, tras disolverlo añade leche fría y lo mezcla con la cuchara
para que no esté caliente, sino frío.
Se apoya en el mueble de la
cocina mientras toma su desayuno cuando la puerta del piso abre y entra un
Rubén cargado de bolsas de haber comprado. Christian deja el vaso a medias
sobre la mesa y se acerca al joven, coge unas bolsas y las deja sobre el suelo
de la cocina, después, una vez él ha dejado las suyas, se acerca y le abraza,
sin ninguna razón de ello, porque quiere, porque necesita estar otra vez
abrazado a él, sentir su olor, sus brazos apretarle contra su cuerpo.
Christian: Gracias…
Rubén (estupefacto por el
abrazo): No me tienes que agradecer nada… Estoy aquí para hacer que te sientas
bien.
Christian (le acaricia la cara):
Por eso, te estoy muy agradecido Rubén, no sabes cuánto…
Rubén: ¿Quieres que vayamos a ver
a Dani después de colocar la compra?
Christian (negando con la
cabeza): Yo… Voy a sonar egoísta y mala persona pero… ¿Te importaría pasar
conmigo el día? Mañana… Tengo que ir con Georgina a una fiesta y… Bueno…
Rubén (le tapa los labios con un
dedo y sonríe): Luego saldremos a cenar, ¿vale? Te llevaré a un sitio que me
gusta muchísimo, con música en directo. Canta un amigo mío, Roberto, te
gustará.
Christian asiente con la cabeza y
se pone de puntillas para besar en la mejilla a Rubén, después se separa de él
y comienza a colocar las cosas que ha comprado como si él viviera en esa casa
ya que se conoce todos y cada de los sitios de la cocina donde colocan las
cosas los chicos que viven allí.
Fundido en Negro.
Parte 4.
Ha caído la noche y Christian se
ha puesto unos pantalones largos negros y una camiseta del mismo color. No
quiere ir muy llamativo. Se ha peinado como siempre, con el flequillo liso
hacia el lado.
Rubén si se ha arreglado más. Se
ha puesto unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros de varias
tonalidades de azul. Va guapísimo ante los ojos de Christian, le ha recordado
tanto a Dani que ha tenido que pensar antes de llamarle por el nombre de su
amigo en lugar de por el suyo propio.
Están en un restaurante de esos
de etiqueta, de los que te hacen pagar más de lo normal por un plato normal y
corriente. Christian se siente incómodo porque sabe que Rubén tendrá que pagar
bastante por esa cena de dos, así que cuando recibe la carta, busca el plato
que menos precio tiene y pide ese plato, sin saber que está pidiendo pasta a la
boloñesa. Rubén en cambio pide uno de los más caros, una carne a la parrilla
con una salsa de setas acompañada de verduras y patatas.
Ambos cenan intercambiando
miradas y sonrisas, intercambiando pensamientos de halago el uno del otro;
dejando que los minutos pasen mientras la comida se va acabando.
Una vez terminan Rubén paga y se
van del restaurante, Christian le ha cogido de la mano y sonríe pegado a él. No
sabe a dónde le lleva, seguramente a ese pub con música en directo al que le
había prometido que irían. ¿Acaso se puede ser mejor persona? Se siente muy a
gusto con él a pesar de que en ocasiones se plantee si Rubén actúa movido por
algo más fuerte que la amistad.
Fundido en Negro.
Parte 5.
Christian no se ha quedado bien
con el nombre del pub. La decoración es muy bonita, hay sillones rojos y mesas
rodeadas de dos, tres o cuatro sillones respectivamente. Todas las mesas están
alrededor de un escenario central en el que hay unas guitarras, un teclado y
una batería. Hay un chico de tez blanca afinando las guitarras y probando el
micrófono. Es alto, de un metro setenta más o menos; tiene el pelo castaño
oscuro y lo tiene peinado hacia arriba. Cuando se encuentra con los ojos de
Christian estudiándole, sonríe y entonces el chico se percata de que tiene una
sonrisa muy bonita y sincera. En sus ojos nuestro protagonista se pierde, son
oscuros y muy elegantes. Christian le sonríe y se vuelve hacia Rubén
ruborizado.
Rubén: Se llama Roberto, cantará
esta noche, ¿quieres que te lo presente?
Christian: Si quieres…
Lo hace, se lo presenta y
Christian le estrecha la mano y Roberto se acerca a él para darle dos besos,
después hace un comentario que deja tanto a Rubén como a él estupefactos. Cree
que están saliendo. Lo más extraño de todo es que ninguno de los dos se atreve
a negarlo, simplemente se quedan callados sin saber qué decir.
¿Qué te está pasando Christian?
¿Te estás enamorando cuando tienes a tu novio ingresado en el hospital y a tu
novia preparándote una fiesta de presentación a su familia y amigos? Cuidado
chico, no sabes lo que el amor puede provocar.
Fundido en Negro.
Parte 6.
Roberto ha cantado muchas
canciones, todas ellas de otros artistas. Christian se ha maravillado de su voz
y se ha quedado en la mente con una de ellas, Hurt de Christina Aguilera.
Están en el coche de Rubén. Lo
lleva directo a casa ya que debe de dormir, ya es viernes y en unas horas
Georgina estará en su casa para arreglarlo ya que la fiesta tiene que comenzar
y él debe de estar allí.
Christian se baja del coche y
coge del maletero su mochila en la que lleva la ropa que ha estado usando toda
la semana. Se tiene que despedir de Rubén, sonríe y le abraza, después le besa
en la mejilla y ocurre algo que no se espera. Él le coge la cara con las manos
y tras susurrar un lo siento le da un corto beso en los labios. Después lo deja
ahí en la puerta de su casa y se sube en el coche, sin decir nada, se marcha y
ahí queda Christian, con el corazón en un puño, con una respuesta a todas las
preguntas que se había estado durante toda la noche. ¿Ahora qué?
Fundido en Negro.
Parte 7.
Ya son las siete de la tarde.
Georgina pasó a por Christian hace dos horas y ahora el chico se encuentra
vestido con un traje morado, camisa rosa palo y corbata negra. Suspira, no se
siente cómodo con el traje ya que los odia, pero no se podía negarse a
vestirlo, allí irán todos bien vestidos. Había pensando hablar con su novia,
decirle que tenían que dejar lo suyo, que estaba enamorado de otra persona, que
era homosexual… Pero ella está tan feliz. Su vestido rojo de gasa le hace más
bella que nunca. Pero eso es lo único que ella le inspira, belleza.
La gente ha comenzado a llegar y todos
le saludan, los chicos con un apretón de manos, las chicas con dos besos.
Y bueno, ahí está Christian nervioso por
lo que pueda pasar esa noche. ¿Y si ella quiere hacerlo? ¿Cómo va a actuar?
Tiene miedo, mucho miedo.
Georgina: ¿Estás nervioso?
Christian: ¿Nervioso? ¿Por qué
iba a estarlo?
Georgina: No sé, espero que lo
pases bien mi amor (le da un corto beso en los labios y le abraza suavemente,
después se separa). Voy a buscar a mis amigas, intenta acercarte a la gente
cielo.
Christian: Claro mi vida.
Ella se va y él aprovecha para
salir a la calle y respirar un poco de aire fresco. Se sienta en las escaleras
y suspira, no quiere estar ahí, le apetece irse al hospital al lado de Dani,
pero no sabe cómo hacerlo, el contarlo todo. Apoya los codos en las rodillas y
se coge la cabeza con las manos, cierra los ojos y se queda ahí, esperando que
pase algo.
Al cabo de un rato le tocan por
detrás suavemente y abre los ojos, se da la vuelta y se encuentra a Georgina
con el ceño fruncido.
Georgina: ¿No te lo pasas bien?
Christian (ladea la cabeza) Es
que estoy cansado… No te preocupes.
Georgina (se agacha y le coge de
la mano, tira de él): Ven cielo, que voy a dar una noticia delante de todo el
mundo y tú tienes que estar conmigo.
Christian la sigue hasta dentro.
Pasa por delante de miradas pertenecientes a personas a las cuales ha saludad
pero ya no se acuerda de su nombre, ladea la cabeza porque no sabe a dónde va
ni qué es lo que su novia va a decir. Se suben a un pequeño escenario y las
luces se vuelven tenues hasta que los enfocan a los dos.
Georgina (suelta de la mano a
Christian para comenzar a hablar): Tengo algo que confesar… Esta noche aquí,
delante de todos vosotros (se gira para mirar a su novio), delante de ti.
Christian asiente con la cabeza
dándole paso a que hable. ¿Qué va a decir? ¿Acaso va a demostrar el amor que
ella siente por él delante de todos sus amigos y familiares? ¿Delante de los
padres de ella?
Suspira y aprieta los ojos,
tendrá que decir algo después, o a lo mejor se inundan sus ojos de lágrimas y
consigue librarse de hablar.
Georgina: Bueno pues yo… (hace
una breve pausa). Estoy embarazada.
Christian abre los ojos de golpe.
¿Qué? ¿Embarazada? Él no te le ha tocado ni un solo pelo. Todo pasa rápido,
ella le abraza con lágrimas en los ojos, susurra algo que él apenas consigue
oír debido a los aplausos y se baja del escenario para rodearse ella de los
abrazos de sus amigos.
Él sale corriendo de allí,
aguantándose las ganas de llorar. Corre lejos del lugar, sin saber a dónde ir,
sin un camino trazado. Sólo corre y llora.
Entonces se desata. Se libera la
ira, el amor y la furia. Despierta todo lo que había ocultado hasta ese día,
justo hasta ese momento. Cae al suelo mientras comienza a llover, al parecer el
cielo le acompaña. Y hoy, domingo 15 de abril, comienza lo que será la
verdadera vida de Christian, con sus mentiras y enredos, amores y desamores,
locuras y actos que perjudican su salud.
Pero, ante todo, comienza una nueva
etapa en su vida, una etapa en la que el amor hará que todo se quede totalmente
apartado de su vida.
omg,omg,omggggggg! Como que cuenta que esta embarazada? pero si supuestamente no lo habian hecho! Ahora se montara un buen pollo..
ResponderEliminarHola!! Me lei todos los capitulos, la verdad es que es una historia muy interesante sobretodo porque cada vez que hace algo lo complica todo mas!!!
ResponderEliminarY eso de q esta embarazada? LOOL O_O
escribes muy bien y me has enganchado^^
Avisame al blog cuando subaas otro va? Un beso cielo!!