viernes, 22 de junio de 2012

Capítulo 6:


Parte 1.
Georgina está frente al espejo. Ha pasado una semana desde la última vez que habló con Christian, ¿cuándo fue eso? El viernes, el sábado desapareció y sigue sin saber nada de él, o eso es lo que todos creen.
Está saliendo con el chico ese, Daniel. Lo sabe. También es consciente de que el novio de su… Aún novio, está ingresado en el hospital al borde de la muerte, incluso sabe algo que ni su amigo Rubén ni Christian saben; Daniel debe de ir a Londres e ingresarse allí en un centro de rehabilitación.
¿Cómo sabe todo esto? Sus hilos, sus perfectas marionetas. Ella es así, siempre ha sido así y consigue lo quiere con sólo levantar el teléfono.
Es viernes noche y ha decidido salir con sus amigas, Helena la espera abajo. Vuelve a mirarse al espejo por última vez y sonríe satisfecha de su trabajo. Lleva un vestido de Vittorio Lucchino blanco y negro de corte princesa que le llega por encima del muslo. El pelo se lo ha recogido en alto y se ha puesto unas pinzas con unas perlas en las puntas. Se ha maquillado poco, hoy quiere llamar la atención por su ropa y no por su belleza, para terminar, calza unos tacones negros de doce centímetros.
Esta noche sus amigas han contactado con Liam, uno de sus amores pasajeros con el cual lo hizo por primera vez el 27 de enero de ese mismo año, en una piscina climatizada de su casa. Otro chico de la élite.
Te mueves muy bien por este mundo, Georgina.
Fundido en Negro.

Parte 2.
Georgina baila al son de la música mientras Lila mira hacerlo.
Este lleva unos pantalones grises y una camisa morada con la corbata sin anudar de color negra, muy elegante, al igual que todo la gente que hay en esa fiesta de las cuales, el calzado más barato que está pisando ese suelo de mármol ronda los 4.000 euros.
Helena es también de la alta clase, su padre es uno de los cirujanos de más renombre en toda España. Su pelo está rizado, una de las pocas veces que lo podremos ver así. Lleva un vestido de Dolce&Gabanna de vuelo hasta la rodilla, es de satén rosa pálido; los tacones de quince centímetros son del mismo color.
Liam: Hoy Georgina está muy guapa.
Helena: ¿Verdad? Se supone que tiene novio, pero es maricón.
Liam: ¿Cómo has dicho?
Helena: Sí lo que oyes. Está saliendo con un chico, se llama Dani. Está ingresado en el hospital de mi padre, está mal pero tampoco tan grave como lo han pintado.
Liam: ¿Como lo han pitando? ¿Qué has hecho Helena?
Helena: Mover hilos, mira tío (se gira para mirar a Liam), lo que necesita Gi es un bueno polvo, un buen mango que le haga sentir lo que es un tío de verdad, y ese tal Christian, dicho sea de paso no es de los nuestros ni nada, no es capaz de darle. Así que cariño, ve a por ella esta noche.
Liam asiente con la cabeza y se relame los labios. Aún recuerda la vez que lo hicieron en la piscina, fue tenerla entre sus brazos, acariciarla, besarla, oírle jadear que no parase…
Georgina está bailando cuando llega Liam y cuando este le rodea la cintura con el brazo y la pega a él moviendo la cintura lentamente.
Liam: ¿Cómo estás hermosa?
Georgina (lo mira por encima del hombro de forma pícara): Muy bien Liam, ¿y tú?
Liam: Ahora estoy como en el cielo.
Georgina (se da la vuelta y rodea su cuello con los brazos): ¿Ah sí?
Liam: Por supuesto.
Ambos buscan los labios del otro y cuando la música para con el fin de dar paso a otra canción, sus labios se juntan, sus mundos aparte vuelven a colisionar, esta vez sin retorno; con una vuelta atrás imposible.
Fundido en Negro.

Parte 3.
Volvemos a la habitación de Georgina. Hay ropa tirada por el suelo, tanto de chico como de chica. Los dos están en la cama, Liam y ella. Han terminado, ha sido una noche para recordar esos viejos momentos en los que eran el uno para el otro. Los te quiero, las caricias, los besos, todos aquellos recuerdos de los que apenas quedaban retazos, allí donde el olvido los manda, habían vuelto esta noche más fuertes que nunca, dispuestos a quedarse, a entrelazar dos vidas, a separar un amor imposible, a romper un amor verdadero.
Ambos están desnudo, uno al lado del otro. Georgina se apoya en su hombro mientras él la tiene abrazada por la cintura. No saben qué decir, el silencio comienza a hacerse molesto hasta que Liam lo rompe, tal vez para mejor, o no.
Liam: Te quiero… Siempre te quise, me negué a olvidarte, por eso estoy aquí Gi… Para amarte más que nunca.
Georgina (mirándole a los ojos): Demuéstramelo, demuéstrame que me amas, que es verdad lo que dices, y te prometo que para siempre me tendrás aquí.
Liam: Lo demostraré hermosa, lo juro.
Georgina: Y yo estaré aquí, esperándote.
Fundido en Negro.

Parte 4.
Han pasado la noche juntos. Georgina se siente viva; él ya se ha ido y ella está sentada en la cama con la ropa interior puesta y una camiseta de esas que ya no usa porque se han pasado de moda. Se pasa la mano por el pelo y después la baja por su cuello, con los ojos cerrados recuerda los besos de Liam, sus jadeos en su oído, sus te quiero mientras lo hacían.
Y la voz de Christian prometiéndole amor eterno.
Mueve la cabeza hacia los lados para quitárselo de la cabeza pero después se da cuenta de lo que ha pasado esa noche anterior, de lo que debe de hacer ahora mismo.
Se levanta de la cama bastante aturdida por todas las cosas que le están viniendo a la cabeza y coge su móvil que está sobre el escritorio y marca el número de Christian, al sexto toque lo coge otro chico del cual desconoce su identidad.
Georgina: ¿Quién eres?
Rubén: Soy Rubén, ¿tú eres?
Georgina: ¿Que quién soy? Georgina, ¿quién voy a ser si no? ¿Qué haces tú con el móvil de mi novio?
Rubén: ¿Qué novio? ¿Christian? Pero si…
Georgina: Ah, espera. Tú eres el amiguito de Dani.
Rubén: ¿De qué conoces a Dani?
Georgina: Bueno, es el que se está follando a mi novio, al cual he de dejarlo.
Rubén: Yo… Sé que no es de mi incumbencia pero… Christian no está bien y si sigue saliendo contigo al mismo tiempo que con Dani… No creo que debas dejarlo…
Georgina: Oh vamos, vas a llegar tú a decirme lo que tengo yo que hacer o dejar de hacer.
Rubén: ¡Que no le hagas daño a Christian joder!
Georgina: ¿Te importa más Christian que Dani? ¿Pero qué clase de amigo eres tú?
Rubén (con voz nerviosa): Y-Yo…
Georgina: Espera, no necesito saber nada más, adiós.
Cuelga el teléfono y su cabeza manipuladora ya está maquinado algo nuevo y totalmente diferente a lo anterior, ¿lo primero? Llamar a Helena.
Georgina: Tenemos que hablar.
Helena: Eh tía espera, ¿qué tal Liam?
Georgina: Folla muy bien, ¿qué te interesa a ti? Venga, dime ahora mismo, ¿qué tienes que ver con la marcha de Dani a Londres?
Helena: Como me conoces Gi… Pues mira, he decidido joder a tu noviete, básicamente porque se lo merece. Por dios, el tío ese no tiene nada, sólo le dio un bajón de tensión debido al azúcar porque tiene episodios bulímicos, pero no es nada tan grave como lo han pintado. Le supliqué a mi padre que se inventase lo que quisiera, que sepas que a cambio me he quedado sin mi día de compras este mes, me debes una.
Georgina: Prometo llevarte de compras.
Helena: Y bueno tía, cuéntame, ¿lo hiciste con condón? Porque si no…
Georgina (se hace una pausa larga): Claro tía, ¿cómo no lo iba a usar? Paso de críos.
Helena: ¿Seguro? Has dudado eh, a unas malas hablo con el enfermero de mi padre para que te mire, y si no tienes nada pues él te puede hacer un apaño, ya tú sabes.
Georgina: No sé, tengo novio, y voy a respetarlo.
Helena: Espera, ¿qué me he perdido?
Georgina: Nada, que si él juega a dos bandos, voy yo a jugar también.
Después cuelga y se levanta angustiada de la cama, donde se había sentado para llamar a su amiga. Claro que no lo habían hecho con preservativo, ¿cómo se iba a acordar de eso? Además, iba bebida, no habría aceptado tener sexo con Liam… O sí, qué cojones, claro que habría tenido sexo con él mil y una veces, estando o no borracha. Porque él era distinto, con él la vida recorría por sus venas, y lo que no eran venas claro.
Georgina: Bueno chica, vamos al mundo exterior, toca un poco de tu parte oscura.
Abre el armario y coge unos tejanos azules oscuros y una camisa blanca, se viste anudándose la parte de arriba por encima del ombligo, se deja el pelo suelto y besa el espejo. Se ve más hermosa que nunca, y nunca dejaría de serlo.

Parte 5.
Georgina se ha trasladado en autobús hasta la casa de Christian, aún no conoce a sus padres y tiene ganas de darle una sorpresa, total, es su novio y como buena novia que ella es, debe amarle y conocer a los padres que dieron a luz al amor de su vida.
Toca en el primero D y descuelga el telefonillo una niña.
Georgina: Hola cielo, soy Georgina, tú eres Natalie, la hermanita de Christian, ¿verdad?
Natalie: S-Sí… ¿quién eres tú?
Georgina: Soy una amiga de tu hermano, ¿me puedes abrir?
Natalie: Claro…
La puerta se abre y Georgina entra deprisa en el portal, subiendo en ascensor hasta la primera planta. En su pequeña ascensión se desata la camisa y se hace una cola con el pelo. Se mira a los espejos que tiene el ascensor y se vuelve a sonreír a sí misma.
Georgina: Hora de actuar pequeña.
La puerta se abre y se acerca hasta la puerta de madera clara del piso de Christian, toca al timbre y cuando la puerta abre la recibe una niña de unos diez años de edad monísima con unos pantalones blancos y una camiseta roja, Georgina se encorva un poco y le acaricia la mejilla.
Georgina: Que mona eres, y eso que tu hermano me había dicho que eras guapa.
Natalie se sonroja y le invita a pasar. Georgina entra y la sigue hasta el salón, el cual se encuentra vacío.
Georgina: ¿Y tus padres?
Natalie: Han salido a comprar, mi hermano se está duchando, ahora cuando salga le digo que has venido a verle.
Georgina: Claro preciosa.
Ahora le toca esperar a que su novio salga de la ducha para encontrarse con esa sorpresa. Lo primero que hará será besarlo, decirle que le ha echado de menos y que espera que se lo haya pasado bien en el cumpleaños de su amigo, después le preguntará por el móvil y una vez le cuente toda la mentira que se prepare en ese momento, le dirá que le quiere mucho y que si pueden quedar el fin de semana que viene, a ver qué contesta a eso.
Fundido en Negro.

Parte 6.
Christian ha salido de la ducha y Georgina se ha tenido que morder el labio al verlo con una toalla en la cintura, totalmente mojado. Tiene los ojos hinchados, seguro que ha llorado, pero no se centra en eso.
Se acerca a él y le rodea el cuello con los brazos.
Christian (nervioso): C-Cuidado… Te voy a mojar.
Georgina (niega): No pasa nada cariño (le da un pico, el cual Christian se lo devuelve). ¿Cómo te lo pasaste en el cumpleaños? Te dejé varios mensajes y te llamé pero no lo cogías, me salía el buzón de voz.
Christian: Lo siento cariño, se me quedó sin batería y cuando llegué lo puse a cargar.
Georgina: ¿Sí?
Christian (sonriendo): Claro, espera que mire a ver si se ha cargado ya y lo enciendo.
Para sorpresa de la chica, Christian camina hasta su cama donde está su móvil enchufado a la pared, su móvil. Eso significa que Rubén se le ha adelantado y que le ha contado que han hablado.
Suspira y se apoya en el marco de la puerta.
Georgina: Cariño, mañana te llamo, ¿sí? Que quiero pasar el fin de semana que viene contigo, además hay una fiesta con las chicas, y bueno, es hora de que te presente, ¿no?
Sonríe y le tira un beso. Su novio lo recoge y hace gestos como si lo guardase, después se va por donde ha venido bastante cabreada, y en el fondo humillada.
Esto no quedará así, piensa vengarse, nadie se adelanta a Georgina Velázquez, nadie, ni siquiera un chico que sin quererlo se ha enamorado del novio de su mejor amigo.
Usará todo lo que pueda para ganarse la confianza del mismísimo diablo si hace falta, pero Christian sufrirá, tanto por amor como por soledad. Y ella estará ahí para echarle más sal a sus heridas.
O quién sabe, tal vez la separación sólo consiga unirlos más.

2 comentarios:

  1. Oh,oh. Que movida se esta montando por estos lados! Georgina se te han adelantaaaaaaadooo jajajaja, me ha hecho gracia x).
    Bueno que estoy impaciente por seguir leyendo*-*

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  2. Georgina es una Bitch!

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¿Te gusta? Añade un comentario, me vas a hacer muy feliz con él. También puedes convertirte en seguidor y saber cómo continua la historia de Christian, espero que te guste.
ATT.: Francisco Torres Mellado.