Parte 1.
Georgina está frente al espejo.
Ha pasado una semana desde la última vez que habló con Christian, ¿cuándo fue
eso? El viernes, el sábado desapareció y sigue sin saber nada de él, o eso es
lo que todos creen.
Está saliendo con el chico ese,
Daniel. Lo sabe. También es consciente de que el novio de su… Aún novio, está
ingresado en el hospital al borde de la muerte, incluso sabe algo que ni su
amigo Rubén ni Christian saben; Daniel debe de ir a Londres e ingresarse allí
en un centro de rehabilitación.
¿Cómo sabe todo esto? Sus hilos,
sus perfectas marionetas. Ella es así, siempre ha sido así y consigue lo quiere
con sólo levantar el teléfono.
Es viernes noche y ha decidido
salir con sus amigas, Helena la espera abajo. Vuelve a mirarse al espejo por
última vez y sonríe satisfecha de su trabajo. Lleva un vestido de Vittorio Lucchino
blanco y negro de corte princesa que le llega por encima del muslo. El pelo se
lo ha recogido en alto y se ha puesto unas pinzas con unas perlas en las puntas.
Se ha maquillado poco, hoy quiere llamar la atención por su ropa y no por su
belleza, para terminar, calza unos tacones negros de doce centímetros.
Esta noche sus amigas han
contactado con Liam, uno de sus amores pasajeros con el cual lo hizo por primera
vez el 27 de enero de ese mismo año, en una piscina climatizada de su casa.
Otro chico de la élite.
Te mueves muy bien por este
mundo, Georgina.
Fundido en Negro.
Parte 2.
Georgina baila al son de la
música mientras Lila mira hacerlo.
Este lleva unos pantalones grises
y una camisa morada con la corbata sin anudar de color negra, muy elegante, al
igual que todo la gente que hay en esa fiesta de las cuales, el calzado más
barato que está pisando ese suelo de mármol ronda los 4.000 euros.
Helena es también de la alta
clase, su padre es uno de los cirujanos de más renombre en toda España. Su pelo
está rizado, una de las pocas veces que lo podremos ver así. Lleva un vestido
de Dolce&Gabanna de vuelo hasta la rodilla, es de satén rosa pálido; los
tacones de quince centímetros son del mismo color.
Liam: Hoy Georgina está muy
guapa.
Helena: ¿Verdad? Se supone que
tiene novio, pero es maricón.
Liam: ¿Cómo has dicho?
Helena: Sí lo que oyes. Está
saliendo con un chico, se llama Dani. Está ingresado en el hospital de mi
padre, está mal pero tampoco tan grave como lo han pintado.
Liam: ¿Como lo han pitando? ¿Qué
has hecho Helena?
Helena: Mover hilos, mira tío (se
gira para mirar a Liam), lo que necesita Gi es un bueno polvo, un buen mango
que le haga sentir lo que es un tío de verdad, y ese tal Christian, dicho sea
de paso no es de los nuestros ni nada, no es capaz de darle. Así que cariño, ve
a por ella esta noche.
Liam asiente con la cabeza y se
relame los labios. Aún recuerda la vez que lo hicieron en la piscina, fue
tenerla entre sus brazos, acariciarla, besarla, oírle jadear que no parase…
Georgina está bailando cuando
llega Liam y cuando este le rodea la cintura con el brazo y la pega a él moviendo
la cintura lentamente.
Liam: ¿Cómo estás hermosa?
Georgina (lo mira por encima del
hombro de forma pícara): Muy bien Liam, ¿y tú?
Liam: Ahora estoy como en el
cielo.
Georgina (se da la vuelta y rodea
su cuello con los brazos): ¿Ah sí?
Liam: Por supuesto.
Ambos buscan los labios del otro
y cuando la música para con el fin de dar paso a otra canción, sus labios se
juntan, sus mundos aparte vuelven a colisionar, esta vez sin retorno; con una
vuelta atrás imposible.
Fundido en Negro.
Parte 3.
Volvemos a la habitación de
Georgina. Hay ropa tirada por el suelo, tanto de chico como de chica. Los dos
están en la cama, Liam y ella. Han terminado, ha sido una noche para recordar
esos viejos momentos en los que eran el uno para el otro. Los te quiero, las
caricias, los besos, todos aquellos recuerdos de los que apenas quedaban
retazos, allí donde el olvido los manda, habían vuelto esta noche más fuertes
que nunca, dispuestos a quedarse, a entrelazar dos vidas, a separar un amor
imposible, a romper un amor verdadero.
Ambos están desnudo, uno al lado
del otro. Georgina se apoya en su hombro mientras él la tiene abrazada por la
cintura. No saben qué decir, el silencio comienza a hacerse molesto hasta que
Liam lo rompe, tal vez para mejor, o no.
Liam: Te quiero… Siempre te
quise, me negué a olvidarte, por eso estoy aquí Gi… Para amarte más que nunca.
Georgina (mirándole a los ojos):
Demuéstramelo, demuéstrame que me amas, que es verdad lo que dices, y te
prometo que para siempre me tendrás aquí.
Liam: Lo demostraré hermosa, lo
juro.
Georgina: Y yo estaré aquí,
esperándote.
Fundido en Negro.
Parte 4.
Han pasado la noche juntos.
Georgina se siente viva; él ya se ha ido y ella está sentada en la cama con la
ropa interior puesta y una camiseta de esas que ya no usa porque se han pasado
de moda. Se pasa la mano por el pelo y después la baja por su cuello, con los
ojos cerrados recuerda los besos de Liam, sus jadeos en su oído, sus te quiero
mientras lo hacían.
Y la voz de Christian
prometiéndole amor eterno.
Mueve la cabeza hacia los lados
para quitárselo de la cabeza pero después se da cuenta de lo que ha pasado esa
noche anterior, de lo que debe de hacer ahora mismo.
Se levanta de la cama bastante
aturdida por todas las cosas que le están viniendo a la cabeza y coge su móvil
que está sobre el escritorio y marca el número de Christian, al sexto toque lo
coge otro chico del cual desconoce su identidad.
Georgina: ¿Quién eres?
Rubén: Soy Rubén, ¿tú eres?
Georgina: ¿Que quién soy?
Georgina, ¿quién voy a ser si no? ¿Qué haces tú con el móvil de mi novio?
Rubén: ¿Qué novio? ¿Christian?
Pero si…
Georgina: Ah, espera. Tú eres el
amiguito de Dani.
Rubén: ¿De qué conoces a Dani?
Georgina: Bueno, es el que se
está follando a mi novio, al cual he de dejarlo.
Rubén: Yo… Sé que no es de mi
incumbencia pero… Christian no está bien y si sigue saliendo contigo al mismo
tiempo que con Dani… No creo que debas dejarlo…
Georgina: Oh vamos, vas a llegar
tú a decirme lo que tengo yo que hacer o dejar de hacer.
Rubén: ¡Que no le hagas daño a
Christian joder!
Georgina: ¿Te importa más
Christian que Dani? ¿Pero qué clase de amigo eres tú?
Rubén (con voz nerviosa): Y-Yo…
Georgina: Espera, no necesito
saber nada más, adiós.
Cuelga el teléfono y su cabeza
manipuladora ya está maquinado algo nuevo y totalmente diferente a lo anterior,
¿lo primero? Llamar a Helena.
Georgina: Tenemos que hablar.
Helena: Eh tía espera, ¿qué tal
Liam?
Georgina: Folla muy bien, ¿qué te
interesa a ti? Venga, dime ahora mismo, ¿qué tienes que ver con la marcha de
Dani a Londres?
Helena: Como me conoces Gi… Pues
mira, he decidido joder a tu noviete, básicamente porque se lo merece. Por dios,
el tío ese no tiene nada, sólo le dio un bajón de tensión debido al azúcar
porque tiene episodios bulímicos, pero no es nada tan grave como lo han
pintado. Le supliqué a mi padre que se inventase lo que quisiera, que sepas que
a cambio me he quedado sin mi día de compras este mes, me debes una.
Georgina: Prometo llevarte de
compras.
Helena: Y bueno tía, cuéntame,
¿lo hiciste con condón? Porque si no…
Georgina (se hace una pausa
larga): Claro tía, ¿cómo no lo iba a usar? Paso de críos.
Helena: ¿Seguro? Has dudado eh, a
unas malas hablo con el enfermero de mi padre para que te mire, y si no tienes
nada pues él te puede hacer un apaño, ya tú sabes.
Georgina: No sé, tengo novio, y
voy a respetarlo.
Helena: Espera, ¿qué me he
perdido?
Georgina: Nada, que si él juega a
dos bandos, voy yo a jugar también.
Después cuelga y se levanta
angustiada de la cama, donde se había sentado para llamar a su amiga. Claro que
no lo habían hecho con preservativo, ¿cómo se iba a acordar de eso? Además, iba
bebida, no habría aceptado tener sexo con Liam… O sí, qué cojones, claro que habría
tenido sexo con él mil y una veces, estando o no borracha. Porque él era
distinto, con él la vida recorría por sus venas, y lo que no eran venas claro.
Georgina: Bueno chica, vamos al
mundo exterior, toca un poco de tu parte oscura.
Abre el armario y coge unos
tejanos azules oscuros y una camisa blanca, se viste anudándose la parte de
arriba por encima del ombligo, se deja el pelo suelto y besa el espejo. Se ve
más hermosa que nunca, y nunca dejaría de serlo.
Parte 5.
Georgina se ha trasladado en autobús
hasta la casa de Christian, aún no conoce a sus padres y tiene ganas de darle
una sorpresa, total, es su novio y como buena novia que ella es, debe amarle y
conocer a los padres que dieron a luz al amor de su vida.
Toca en el primero D y descuelga
el telefonillo una niña.
Georgina: Hola cielo, soy
Georgina, tú eres Natalie, la hermanita de Christian, ¿verdad?
Natalie: S-Sí… ¿quién eres tú?
Georgina: Soy una amiga de tu
hermano, ¿me puedes abrir?
Natalie: Claro…
La puerta se abre y Georgina
entra deprisa en el portal, subiendo en ascensor hasta la primera planta. En su
pequeña ascensión se desata la camisa y se hace una cola con el pelo. Se mira a
los espejos que tiene el ascensor y se vuelve a sonreír a sí misma.
Georgina: Hora de actuar pequeña.
La puerta se abre y se acerca
hasta la puerta de madera clara del piso de Christian, toca al timbre y cuando
la puerta abre la recibe una niña de unos diez años de edad monísima con unos
pantalones blancos y una camiseta roja, Georgina se encorva un poco y le
acaricia la mejilla.
Georgina: Que mona eres, y eso
que tu hermano me había dicho que eras guapa.
Natalie se sonroja y le invita a
pasar. Georgina entra y la sigue hasta el salón, el cual se encuentra vacío.
Georgina: ¿Y tus padres?
Natalie: Han salido a comprar, mi
hermano se está duchando, ahora cuando salga le digo que has venido a verle.
Georgina: Claro preciosa.
Ahora le toca esperar a que su
novio salga de la ducha para encontrarse con esa sorpresa. Lo primero que hará
será besarlo, decirle que le ha echado de menos y que espera que se lo haya
pasado bien en el cumpleaños de su amigo, después le preguntará por el móvil y
una vez le cuente toda la mentira que se prepare en ese momento, le dirá que le
quiere mucho y que si pueden quedar el fin de semana que viene, a ver qué
contesta a eso.
Fundido en Negro.
Parte 6.
Christian ha salido de la ducha y
Georgina se ha tenido que morder el labio al verlo con una toalla en la cintura,
totalmente mojado. Tiene los ojos hinchados, seguro que ha llorado, pero no se
centra en eso.
Se acerca a él y le rodea el
cuello con los brazos.
Christian (nervioso): C-Cuidado…
Te voy a mojar.
Georgina (niega): No pasa nada
cariño (le da un pico, el cual Christian se lo devuelve). ¿Cómo te lo pasaste
en el cumpleaños? Te dejé varios mensajes y te llamé pero no lo cogías, me
salía el buzón de voz.
Christian: Lo siento cariño, se
me quedó sin batería y cuando llegué lo puse a cargar.
Georgina: ¿Sí?
Christian (sonriendo): Claro,
espera que mire a ver si se ha cargado ya y lo enciendo.
Para sorpresa de la chica,
Christian camina hasta su cama donde está su móvil enchufado a la pared, su
móvil. Eso significa que Rubén se le ha adelantado y que le ha contado que han
hablado.
Suspira y se apoya en el marco de
la puerta.
Georgina: Cariño, mañana te
llamo, ¿sí? Que quiero pasar el fin de semana que viene contigo, además hay una
fiesta con las chicas, y bueno, es hora de que te presente, ¿no?
Sonríe y le tira un beso. Su
novio lo recoge y hace gestos como si lo guardase, después se va por donde ha
venido bastante cabreada, y en el fondo humillada.
Esto no quedará así, piensa
vengarse, nadie se adelanta a Georgina Velázquez, nadie, ni siquiera un chico
que sin quererlo se ha enamorado del novio de su mejor amigo.
Usará todo lo que pueda para
ganarse la confianza del mismísimo diablo si hace falta, pero Christian
sufrirá, tanto por amor como por soledad. Y ella estará ahí para echarle más
sal a sus heridas.
O quién sabe, tal vez la
separación sólo consiga unirlos más.
Oh,oh. Que movida se esta montando por estos lados! Georgina se te han adelantaaaaaaadooo jajajaja, me ha hecho gracia x).
ResponderEliminarBueno que estoy impaciente por seguir leyendo*-*
Georgina es una Bitch!
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