martes, 26 de junio de 2012

Capítulo 7:


Parte 1.
Christian le ha dicho a su madre que pasará toda la semana en casa de un amigo suyo debido a varios trabajos que tienen que hacer, que volverá el viernes. Ha vuelto a mentir, se está pasando ya, él nunca lo había hecho, pero claro, ¿cómo cuenta que se ha enamorado de un chico y que está saliendo con él? Claro, no puede. Su padre es homófobo y… Le echaría de casa.
Rubén le mira. Está en bóxer, pasaron la noche juntos, abrazados. A Christian le parecía simple amistad, un simple gesto de bondad mediante el cual hacerle sentir mejor, en cambio Rubén… Rubén estaba haciéndolo por algo más. A él no le importaba Dani, no, no es que no le importase, es su mejor amigo desde que eran pequeños… Simplemente, que no estaba con Christian por él, si no por otras razones ajenas, razones que nadie debe de saber porque de lo contrario… Habría problemas.
Él se acerca al joven que se ha quedado dormido en el sillón y lo coge en brazos con cuidado, lo lleva hasta su propia habitación en la cual la cama está deshecha y allí lo acuesta, lo tapa con cariño y una vez termina sonríe, coge unos pantalones vaqueros del armario y una camiseta gris y sale del cuarto para vestirse en el baño, quiere ir a hacer unos recados y Christian tardará en despertarse.
Fundido en Negro.

Parte 2.
Georgina ya está levantado y organizándolo todo. No deja de hacer llamadas, a varias empresas de cáterin, a floristerías, orquestas de música. Lo tiene todo, incluso tiene el sitio. A reservado un recinto sin techo desde el cual se verán las estrellas. El sitio es precioso, todo de mármol blanco decorado en una imitación a la antigüedad grecolatina.
Ella ya tiene su vestido, llevará un corto vestido de gasa rojo a juego con sus tacones de botín del mismo color. Y también tiene el traje para su novio. Será morado con una camisa rosa palo y una corbata negra. Irá muy elegante; cuando lo vio en el catálogo sabía que tenía que ser para él, ya que era su color favorito y con el cuerpo que tiene… Lo vestirá genial.
Se sienta en las escaleras de su casa y envía un mensaje a Helena. Pasa la mano por su pelo, lo lleva muy bien arreglado a pesar de ser las diez y media de la mañana, como si hubiese estado en la peluquería. Están a jueves, un día más y estaría en la fiesta, rodeada de la gente que quería, demostrándole a Christian que podía amarlo igual, o incluso mil veces más que ese crío. Aunque, por otro lado…
Daniel se irá el sábado a Londres, así que no tendrá nadie contra quien luchar, contra quien sentirse superior para derrotar. Ella ya ha ganado la batalla.
Siente cómo se mueve algo dentro de su estómago, se lleva las manos a su barriga, se siente mareada y tiene náuseas. Sube corriendo las escaleras hasta llegar al cuarto de baño y vomita, no porque ella quiere como solía hacer, sino porque su cuerpo lo hace, es como si lo necesitase.
Tras vomitar varias veces se apoya en la pared y se queda mirando el techo, el mareo ya ha pasado pero sigue trastornada. ¿Qué le está pasando? Entonces la respuesta llega a su cabeza demasiado rápido y le duele, le duele tal y como si le hubiesen clavado un puñal en el estómago.
Recuerda la pregunta de su amiga, “Y bueno tía cuéntame, ¿lo hiciste con condón? Porque si no…”. Ahora lo comprende todo. ¿Cuándo le tenía que haber bajado la regla? Hace dos días, ¿cuándo lo hizo con Liam? El domingo. Todo encaja perfectamente, el miedo le recorre todo el cuerpo, no le puede pasar a ella, porque no. Es imposible que lleve un ser de… De ese dentro de ella. Y más si está saliendo con Christian, ¿cómo le va a explicar el embarazo si aún no lo han hecho? Ríe ante la pregunta que se acaba de hacer, y nunca serían capaz de hacerlo.
Coge su móvil que está en los bolsillos de esos pantalones pitillo que de golpe le aprietan más que nunca. Tiene que abortar, otra vez, no puede hacer su vida de nuevo, y menos con un bebé. Marca el número de Helena el cual se sabe de memoria y espera a que le coja el móvil una amiga dormida aún.
Georgina: Tía, necesito ir al hospital, que me vea tu padre, creo que estoy embarazada.
Helena (saliendo de su sueño de golpe y gritando): ¿Qué? No, espérate. ¿Cómo que crees que estás embarazada? ¿De quién?
Georgina: De Liam joder, ¿de quién si no? Me acosté con él sin condón, y me tenía que haber bajado hace dos días, el martes y no lo ha hecho.
Helena: Es imposible Gi. Lo hicisteis el domingo, en dos días no puedes quedarte embarazada.
Georgina: Helena, que sí. Lo noto; es como si creciera dentro de mí lentamente y me marcase. Y tengo el presentimiento de que será una niña. Estoy segura.
Helena: Te estás precipitando, pero te voy a ayudar. Hablaré con mi padre como la última vez, tú llama a Liam, creo que debéis de hablar de esto.
Georgina: ¿Que lo llame? Ah no, por eso me niego a pasar. Abortaré y él no tiene por qué enterarse.
Helena: Es que tal vez él quiera tener lo que venga al mundo y ser el padre.
Después cuelga, dejando las palabras en el aire, junto con las dudas y las preguntas. Millones de ellas que necesitan respuesta.
Fundido en Negro.

Parte 3.
Christian se ha despertado solo en el piso de su novio. Sabe que Rubén va a volver porque habrá salido a hacer unas compras. Están a… ¿Jueves? Ladea la cabeza, no lo quiere ni saber, no le importa nada el día en el que vive. Lleva toda la semana sin ir al instituto. Se da le vuelta en la cama y piensa en su novio. Allí encerrado entre cuatro paredes, en una cárcel compuesta por tubos que entran y salen de su cuerpo. Aprieta los ojos y estos se inundan de lágrimas. ¿Por qué él? ¿Por qué al amor de su vida?
Se levanta de la cama, está en bóxer. Sabe que no hay nadie en la casa así que le da igual, total, Rubén ya lo habrá visto si lo ha llevado hasta la cama, porque él no se acuerda de haberse ido por su propio pie anoche.
En la cocina se sienta en una de las sillas y mira por la ventana, se quita las lágrimas de los ojos y cansado de llorar y de maldecirse a sí mismo decide desayunar.
Coge un vaso y  lo llena de leche hasta la mitad, lo mete en el microondas y lo calienta durante medio minuto, después lo saca y le pone cacao en polvo, tras disolverlo añade leche fría y lo mezcla con la cuchara para que no esté caliente, sino frío.
Se apoya en el mueble de la cocina mientras toma su desayuno cuando la puerta del piso abre y entra un Rubén cargado de bolsas de haber comprado. Christian deja el vaso a medias sobre la mesa y se acerca al joven, coge unas bolsas y las deja sobre el suelo de la cocina, después, una vez él ha dejado las suyas, se acerca y le abraza, sin ninguna razón de ello, porque quiere, porque necesita estar otra vez abrazado a él, sentir su olor, sus brazos apretarle contra su cuerpo.
Christian: Gracias…
Rubén (estupefacto por el abrazo): No me tienes que agradecer nada… Estoy aquí para hacer que te sientas bien.
Christian (le acaricia la cara): Por eso, te estoy muy agradecido Rubén, no sabes cuánto…
Rubén: ¿Quieres que vayamos a ver a Dani después de colocar la compra?
Christian (negando con la cabeza): Yo… Voy a sonar egoísta y mala persona pero… ¿Te importaría pasar conmigo el día? Mañana… Tengo que ir con Georgina a una fiesta y… Bueno…
Rubén (le tapa los labios con un dedo y sonríe): Luego saldremos a cenar, ¿vale? Te llevaré a un sitio que me gusta muchísimo, con música en directo. Canta un amigo mío, Roberto, te gustará.
Christian asiente con la cabeza y se pone de puntillas para besar en la mejilla a Rubén, después se separa de él y comienza a colocar las cosas que ha comprado como si él viviera en esa casa ya que se conoce todos y cada de los sitios de la cocina donde colocan las cosas los chicos que viven allí.
Fundido en Negro.

Parte 4.
Ha caído la noche y Christian se ha puesto unos pantalones largos negros y una camiseta del mismo color. No quiere ir muy llamativo. Se ha peinado como siempre, con el flequillo liso hacia el lado.
Rubén si se ha arreglado más. Se ha puesto unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros de varias tonalidades de azul. Va guapísimo ante los ojos de Christian, le ha recordado tanto a Dani que ha tenido que pensar antes de llamarle por el nombre de su amigo en lugar de por el suyo propio.
Están en un restaurante de esos de etiqueta, de los que te hacen pagar más de lo normal por un plato normal y corriente. Christian se siente incómodo porque sabe que Rubén tendrá que pagar bastante por esa cena de dos, así que cuando recibe la carta, busca el plato que menos precio tiene y pide ese plato, sin saber que está pidiendo pasta a la boloñesa. Rubén en cambio pide uno de los más caros, una carne a la parrilla con una salsa de setas acompañada de verduras y patatas.
Ambos cenan intercambiando miradas y sonrisas, intercambiando pensamientos de halago el uno del otro; dejando que los minutos pasen mientras la comida se va acabando.
Una vez terminan Rubén paga y se van del restaurante, Christian le ha cogido de la mano y sonríe pegado a él. No sabe a dónde le lleva, seguramente a ese pub con música en directo al que le había prometido que irían. ¿Acaso se puede ser mejor persona? Se siente muy a gusto con él a pesar de que en ocasiones se plantee si Rubén actúa movido por algo más fuerte que la amistad.
Fundido en Negro.

Parte 5.
Christian no se ha quedado bien con el nombre del pub. La decoración es muy bonita, hay sillones rojos y mesas rodeadas de dos, tres o cuatro sillones respectivamente. Todas las mesas están alrededor de un escenario central en el que hay unas guitarras, un teclado y una batería. Hay un chico de tez blanca afinando las guitarras y probando el micrófono. Es alto, de un metro setenta más o menos; tiene el pelo castaño oscuro y lo tiene peinado hacia arriba. Cuando se encuentra con los ojos de Christian estudiándole, sonríe y entonces el chico se percata de que tiene una sonrisa muy bonita y sincera. En sus ojos nuestro protagonista se pierde, son oscuros y muy elegantes. Christian le sonríe y se vuelve hacia Rubén ruborizado.
Rubén: Se llama Roberto, cantará esta noche, ¿quieres que te lo presente?
Christian: Si quieres…
Lo hace, se lo presenta y Christian le estrecha la mano y Roberto se acerca a él para darle dos besos, después hace un comentario que deja tanto a Rubén como a él estupefactos. Cree que están saliendo. Lo más extraño de todo es que ninguno de los dos se atreve a negarlo, simplemente se quedan callados sin saber qué decir.
¿Qué te está pasando Christian? ¿Te estás enamorando cuando tienes a tu novio ingresado en el hospital y a tu novia preparándote una fiesta de presentación a su familia y amigos? Cuidado chico, no sabes lo que el amor puede provocar.
Fundido en Negro.

Parte 6.
Roberto ha cantado muchas canciones, todas ellas de otros artistas. Christian se ha maravillado de su voz y se ha quedado en la mente con una de ellas, Hurt de Christina Aguilera.
Están en el coche de Rubén. Lo lleva directo a casa ya que debe de dormir, ya es viernes y en unas horas Georgina estará en su casa para arreglarlo ya que la fiesta tiene que comenzar y él debe de estar allí.
Christian se baja del coche y coge del maletero su mochila en la que lleva la ropa que ha estado usando toda la semana. Se tiene que despedir de Rubén, sonríe y le abraza, después le besa en la mejilla y ocurre algo que no se espera. Él le coge la cara con las manos y tras susurrar un lo siento le da un corto beso en los labios. Después lo deja ahí en la puerta de su casa y se sube en el coche, sin decir nada, se marcha y ahí queda Christian, con el corazón en un puño, con una respuesta a todas las preguntas que se había estado durante toda la noche. ¿Ahora qué?
Fundido en Negro.

Parte 7.
Ya son las siete de la tarde. Georgina pasó a por Christian hace dos horas y ahora el chico se encuentra vestido con un traje morado, camisa rosa palo y corbata negra. Suspira, no se siente cómodo con el traje ya que los odia, pero no se podía negarse a vestirlo, allí irán todos bien vestidos. Había pensando hablar con su novia, decirle que tenían que dejar lo suyo, que estaba enamorado de otra persona, que era homosexual… Pero ella está tan feliz. Su vestido rojo de gasa le hace más bella que nunca. Pero eso es lo único que ella le inspira, belleza.
La gente ha comenzado a llegar y todos le saludan, los chicos con un apretón de manos, las chicas con dos besos. Y  bueno, ahí está Christian nervioso por lo que pueda pasar esa noche. ¿Y si ella quiere hacerlo? ¿Cómo va a actuar? Tiene miedo, mucho miedo.
Georgina: ¿Estás nervioso?
Christian: ¿Nervioso? ¿Por qué iba a estarlo?
Georgina: No sé, espero que lo pases bien mi amor (le da un corto beso en los labios y le abraza suavemente, después se separa). Voy a buscar a mis amigas, intenta acercarte a la gente cielo.
Christian: Claro mi vida.
Ella se va y él aprovecha para salir a la calle y respirar un poco de aire fresco. Se sienta en las escaleras y suspira, no quiere estar ahí, le apetece irse al hospital al lado de Dani, pero no sabe cómo hacerlo, el contarlo todo. Apoya los codos en las rodillas y se coge la cabeza con las manos, cierra los ojos y se queda ahí, esperando que pase algo.
Al cabo de un rato le tocan por detrás suavemente y abre los ojos, se da la vuelta y se encuentra a Georgina con el ceño fruncido.
Georgina: ¿No te lo pasas bien?
Christian (ladea la cabeza) Es que estoy cansado… No te preocupes.
Georgina (se agacha y le coge de la mano, tira de él): Ven cielo, que voy a dar una noticia delante de todo el mundo y tú tienes que estar conmigo.
Christian la sigue hasta dentro. Pasa por delante de miradas pertenecientes a personas a las cuales ha saludad pero ya no se acuerda de su nombre, ladea la cabeza porque no sabe a dónde va ni qué es lo que su novia va a decir. Se suben a un pequeño escenario y las luces se vuelven tenues hasta que los enfocan a los dos.
Georgina (suelta de la mano a Christian para comenzar a hablar): Tengo algo que confesar… Esta noche aquí, delante de todos vosotros (se gira para mirar a su novio), delante de ti.
Christian asiente con la cabeza dándole paso a que hable. ¿Qué va a decir? ¿Acaso va a demostrar el amor que ella siente por él delante de todos sus amigos y familiares? ¿Delante de los padres de ella?
Suspira y aprieta los ojos, tendrá que decir algo después, o a lo mejor se inundan sus ojos de lágrimas y consigue librarse de hablar.
Georgina: Bueno pues yo… (hace una breve pausa). Estoy embarazada.
Christian abre los ojos de golpe. ¿Qué? ¿Embarazada? Él no te le ha tocado ni un solo pelo. Todo pasa rápido, ella le abraza con lágrimas en los ojos, susurra algo que él apenas consigue oír debido a los aplausos y se baja del escenario para rodearse ella de los abrazos de sus amigos.
Él sale corriendo de allí, aguantándose las ganas de llorar. Corre lejos del lugar, sin saber a dónde ir, sin un camino trazado. Sólo corre y llora.
Entonces se desata. Se libera la ira, el amor y la furia. Despierta todo lo que había ocultado hasta ese día, justo hasta ese momento. Cae al suelo mientras comienza a llover, al parecer el cielo le acompaña. Y hoy, domingo 15 de abril, comienza lo que será la verdadera vida de Christian, con sus mentiras y enredos, amores y desamores, locuras y actos que perjudican su salud.
Pero, ante todo, comienza una nueva etapa en su vida, una etapa en la que el amor hará que todo se quede totalmente apartado de su vida.

2 comentarios:

  1. omg,omg,omggggggg! Como que cuenta que esta embarazada? pero si supuestamente no lo habian hecho! Ahora se montara un buen pollo..

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  2. Hola!! Me lei todos los capitulos, la verdad es que es una historia muy interesante sobretodo porque cada vez que hace algo lo complica todo mas!!!
    Y eso de q esta embarazada? LOOL O_O
    escribes muy bien y me has enganchado^^
    Avisame al blog cuando subaas otro va? Un beso cielo!!

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ATT.: Francisco Torres Mellado.