Parte 1.
(Habitación de
Christian).
Christian abre los ojos ante el
sonido del despertador de sus padres. Ha sido un sueño. No ha estado en Nueva
York, no ha visto a Lady Gaga, y menos aún ha estado cerca de ella mientras
interpretaba en directo su canción favorita.
Se sienta en la cama y se frota
la cabeza para despejarse.
Christian vive en Madrid, en un
piso medianamente grande de tres habitaciones, salón, cocina y dos cuartos de
baño. Está en bóxer, es marzo y tienen la calefacción puesta en casa por lo que
no tiene frío.
Se levanta de la cama y coge de
la silla el pantalón gris del uniforme y el polo blanco, sale de la habitación
no sin antes mirar el calendario. El día de hoy está rodeado de rojo y tiene
debajo escrito con letras grandes “FIESTA”.
Dieciocho de Marzo.
Parte 2.
(El espejo del cuarto
de baño, sólo se ve la cara).
Christian ya se ha vestido y se
mira al espejo fijamente. Su cara es redondeada, algo alargada en la parte
inferior, en la barbilla. Su pelo está muy bien cortado, de color castaño. Sus
ojos azules llaman la atención, aunque no tanto como lo hacen sus pestañas,
alargadas y curvadas hacia arriba, como las de una chica, o incluso más sexis.
Sus labios son carnosos, de un
color apagado.
Tiene unas gafas, ray-ban modelo
wayfarer, color azul oscuro.
Sonríe levemente y ladea la
cabeza a un lado. Después se separa bruscamente del espejo y su imagen
desaparece de este.
(Fundido en Negro).
Parte 3.
(La habitación de
Christian otra vez).
Él está haciendo la cama bastante
rápido ya que sabe que va tarde a la parada del autobús. Su madre grita pero él
hace caso omiso, hoy no va a desayunar, no le apetece.
Una vez termina coge la mochila
que se encuentra tirada al lado del escritorio y se la pone al hombro. Después
recoge el móvil de encima de la mesita de noche cuyos auriculares ya están en
él y sale de la habitación cerrando la puerta.
Christian: ¡Me voy!
Antes de que su madre responda
este cierra la puerta y corre escaleras abajo mientras enciende el reproductor
de música de su móvil. “This is War” de
30STM.
Parte 4.
(En la calle, de
camino a la parada del autobús).
Al salir a la calle una ola de
frío ha golpeado a Christian. Sólo lleva el polo blanco ya que se le ha
olvidado el jersey azul marino.
Camina por la calle con aire
despreocupado, sabe que va bien a la parada del bus y no le importa detenerse a
juguetear con un gato callejero de color negro con los ojos azules que siempre
le espera en la papelera metálica que hay a unos diez metros de su portal, y de
ahí le acompaña hasta la parada del bus. Así todos los días.
Parte 5.
(Parada del bus).
Ninna ya está en la parada. Su
falda de tablas de cuadros grises va doblada y le tapa justo por debajo de las
nalgas. Christian no puede evitar reírse debido al frío que tiene que estar
pasando.
Una vez llega a ella levanta la
mano y le da en el hombro empujándola de forma suave.
Christian: Vamos al instituto, no
a que ligues (dice riendo).
Ninna: ¿Tío? (Riendo). Si no hace
frío, yo soy muy fuerte.
El autobús llega y mientras se suben
siguen con las bromas mientras se sientan juntos, como todos los días.
Esta, es la rutina de Christian.
Parte 6.
(Han pasado doce
horas desde la última escena, Christian está sentado frente al ordenador
aporreando el teclado).
Christian está metido en su
tuenti. Sus amigos le están hablando acerca de la fiesta la cual empieza a las
diez. Aún faltan dos horas y siente la necesidad de escribir un tablón antes de
comenzar a arreglarse.
Tiene los cascos de música
puestos y escucha “Te amo” de
Alexander Acha mientras escribe con los dedos de forma rápida y directa.
Parte 7.
(Pantalla
del Ordenador).
¿Alguna vez te has sentido débil ante el mundo? ¿Alguna vez
has querido salir corriendo o volando de algún sitio por sentir que no encajas
en él? ¿Alguna vez has cerrado los ojos y has deseado que el tiempo se pare? Seguramente,
la respuesta para estas tres preguntas sean afirmativas; pero sinceramente,
¿cuántas veces no hemos deseado algo por no encontrarnos a gusto en algún
sitio? Miles de veces, o incluso muchísimas más; tantas veces que es imposible
llevar la cuenta. Pero… ¿Por qué en
algunas situaciones nos paramos y deseamos esto? ¿Por qué cuando estamos en
algún sitio y por temor a que nos pase algo deseemos desaparecer? ¿Por qué?
Podría hacer tantas preguntas que no terminaría
nunca; pero hay una respuesta muy sencilla para todas esas preguntas que
comienzan con un por qué y hacen alusión a esas veces en las que deseamos
desaparecer. ¿La respuesta?
Somos débiles. Sí, todos nosotros somos débiles, yo incluido. También esos chicos compuestos únicamente de músculo, los chicos que caminan por la vida pensando que tienen el mundo en sus manos, esa ex pareja tuya que está muy por encima de ti y no le importa hacerte daño; incluso esas personas, ¿cómo se llaman? Ah sí, los jefes de la mafia. Incluso ellos son débiles. Y dicha debilidad conduce al miedo. Pero miedo ¿de qué? Puedes encontrarte con diversos miedos, todo depende de a qué te situación te estés enfrentando o a qué situación le pides que pase rápido. Lentamente, ese miedo se apodera de nosotros; mientras nuestro corazón late más fuerte y nuestros músculos se niegan a hacer lo que les pedimos, nosotros nos quedamos ahí helados; si lo piensas, somos nosotros los que nos quedamos parados mientras el tiempo sigue; y sin poder evitarlo, nos tenemos que enfrentar a esa situación.
La mayoría de las veces acabamos vencidos; derrotados por ese miedo, acosados por esas preguntas y perseguidos por la idea de que esa situación no era para nosotros, que de todas formas íbamos a perder. Y claro, ¿para qué luchar contra el miedo? Es mejor, más fácil y sencillo, menos… ¿Trabajoso? El luchar. Finalmente, dejamos de ser personas llenas de valor y nos convertimos en seres constituidos por oscuridad y miedo. Somos un puzle de inseguridades y temores.
Somos débiles. Sí, todos nosotros somos débiles, yo incluido. También esos chicos compuestos únicamente de músculo, los chicos que caminan por la vida pensando que tienen el mundo en sus manos, esa ex pareja tuya que está muy por encima de ti y no le importa hacerte daño; incluso esas personas, ¿cómo se llaman? Ah sí, los jefes de la mafia. Incluso ellos son débiles. Y dicha debilidad conduce al miedo. Pero miedo ¿de qué? Puedes encontrarte con diversos miedos, todo depende de a qué te situación te estés enfrentando o a qué situación le pides que pase rápido. Lentamente, ese miedo se apodera de nosotros; mientras nuestro corazón late más fuerte y nuestros músculos se niegan a hacer lo que les pedimos, nosotros nos quedamos ahí helados; si lo piensas, somos nosotros los que nos quedamos parados mientras el tiempo sigue; y sin poder evitarlo, nos tenemos que enfrentar a esa situación.
La mayoría de las veces acabamos vencidos; derrotados por ese miedo, acosados por esas preguntas y perseguidos por la idea de que esa situación no era para nosotros, que de todas formas íbamos a perder. Y claro, ¿para qué luchar contra el miedo? Es mejor, más fácil y sencillo, menos… ¿Trabajoso? El luchar. Finalmente, dejamos de ser personas llenas de valor y nos convertimos en seres constituidos por oscuridad y miedo. Somos un puzle de inseguridades y temores.
Parte 8.
(Habitación de Christian).
Está en bóxer negros
rebuscando en el armario mientras saca pantalones vaqueros y camisetas,
dejándolas tiradas por el suelo.
Una capa de ropa
cubre el alrededor del chico y este comienza a impacientarse. La puerta se abre
y entra su madre, ve el desastre que este ha formado y tras negar con la cabeza
cierra la puerta.
Christian vuelve a
suspirar y se retira del armario, coge su móvil y busca en la agenda el nombre
de Ninna, cuando lo encuentra llama.
Ninna: Dime amor mío.
Christian: Tía, no sé
que ponerme.
Ninna: A ver marido,
que te pongas lo que sea, total vas a estar igual de buenorro que siempre, así
que (ríe).
Christian (riendo):
¿Bueno? A veces me dan ganas de comprarte unas gafas nuevas.
Ninna: Tú eres
idiota, ¿sabes? Eres mi marido idiota.
Y cuelga.
Christian: ¡Será! Y
al final no me ha dicho qué ponerme (comienza a reír mientras se agacha y coge
unos pantalones pitillo azules claros). Pues estos mismos.
Deja los pantalones
que ha cogido sobre la cama y guarda el resto de la ropa en el armario,
doblándola previamente.
Una vez que ha
guardado todo mete la mano en el armario y saca una camiseta que es como la
bandera de América. Una vez la coge, con la silla del escritorio alcanza la
parte de arriba del armario y baja unas botas negras de cinco centímetros de
tacón. Baja de la silla y deja la caja sobre el escritorio.
Christian se acerca a
la cama y se pone los pitillo, después la camiseta. Esta le está pegada y le
llega justo por debajo del trasero simulando un vestido. Se da la vuelta con
aire elegante y recoge las botas, las saca de su caja y se las calza.
Da varias vueltas en
círculo frente a la cama para acostumbrarse al tacón y sale del cuarto. Se
encuentra con su hermana de nueve años la cual lo mira y comienza a reírse.
Natalie lleva un
pijama de color rosa y blanco con la cara de Hello Kitty. Su pelo es negro y lo
lleva recogido con una coleta hacia atrás.
Natalie: ¿A dónde vas
así? Te falta el pelo largo y tener pecho, entonces parecerías una chica.
Christian: Qué
graciosa enana.
Natalie (riéndose):
Ya lo sé.
Christian se encierra
en el baño y se mira al espejo. Su pelo está como siempre y poco le puede
hacer. Se mira los ojos y sonríe. Las pestañas son grandes y no chocan con los
cristales de las gafas. ¿Y si se pone un poco de rímel?
Comienza a buscar en
los cajones y encuentra el rímel, se pone un poco y se mira al espejo de nuevo.
El efecto que ha conseguido le sorprende ya que sus pestañas se ven aún más
grandes que antes.
Christian (susurrando):
Perfecto.
Fundido en Negro.
Parte 9.
(La discoteca).
La sala de la
discoteca es muy extraña. Tiene un cuadrado central que se hunde unos 2 metros
en el suelo el cual está lleno de agua. Alrededor la gente baila animada con
cuidado de no caer al agua, aunque hay algunos que se tiran por el hecho de
pasarlo bien.
Al lado de la piscina
hay una barra de color rojo que resalta con las losas negras del suelo. Toda
esta está llena de botellas y vasos para que la gente se sirva. El cumpleaños
de Kelly va a ser la mejor fiesta de todos los alrededores.
Ninna: ¿Qué? ¿Te mola
el ambiente que hay?
Christian: No está
mal, nada mal.
Él comienza a caminar
por la sala mientras chicas y chicos le miran. Christian siempre conseguía
llamar la atención, para eso salía, para que todos se fijasen en él de una
manera u otra.
Se acerca a la barra
dejando a Ninna que haga lo que quiera. Coge una botella de vodka y un vaso de
cristal; reprime las ganas de beber a morro y llena el vaso; después lo coge y
se acerca a la pista de baile para bailar.
Parte 10.
Kelly, la chica del
cumpleaños, lleva unas medias de redecilla y un vestido de corpiño rosa chicle
muy ajustado, tal vez demasiado. Ella y Christian bailan pegados mientras todos
le miran. El chico baja sus manos hasta agarrar su cintura mientras que con la
otra mano tiene el vaso de alcohol por encima de sus cabezas.
Este se ha acabado y
quiere más así que vuelve a la barra a echarse un nuevo vaso de ese líquido que
tanto le gusta beber.
Parte 11.
Christian vuelve a la pista de
baile con su nuevo vaso de vodka y mueve su cuerpo hacia los lados con el
cuello ligeramente estirado hacia arriba. Tiene los ojos cerrados y no mira a
nadie. La camiseta de la bandera de América brilla debido a la luz y llama
muchísimo la atención de las demás personas.
De golpe choca con alguien y el
vaso resbala de sus manos; este cae al suelo y Christian dice varios tacos los
cuales quedan ahogados por el volumen de la música. Levanta la cabeza bastante
enfurecido y se encuentra con los ojos marrones de una chica. Están maquillados
con rímel y un poco de sombra. La chica tiene el pelo castaño claro y lo lleva
recogido hacia el lado. Lleva un bonito vestido rojo de seda; el cual se mueve
como si fuera humo alrededor de su curvado cuerpo. La chica mira directamente
los ojos de Christian y la furia en estos desaparecen.
Christian: P-Perdona…
Chica: No, la culpa a sido mía,
perdóname a mí.
Comienza a sonar “100 Suns” de 30STM y Christian rodea la
cintura de la chica, la pega a él y comienza a bailar de forma lenta.
Todos dejan la pista de baile
sola mientras ambos se miran a los ojos fijamente. La chica rodea el cuello de
Christian y se pega más a él, este sonríe levemente sin poder apartar los ojos
de ella.
Georgina: Me llamo Georgina.
Christian: Un nombre precioso,
perfecto para ti.
Georgina se limita a sonrojarse y
a sonreír tímidamente. Antes de que la canción termine, ambos cuerpos eliminan
todo centímetro que queda entre ellos; sus labios se unen en un tímido beso ante
los ojos de los demás chicos y la música cesa. Ya no hay nada más que sueños, y
un futuro, un futuro que se avecina sobre los dos cuan oscuridad en el cielo un
día de tormenta.
Parte 12.
(Calle de vuelta a casa).
Christian pasea por
las calles con el móvil en mano. Georgina le ha encantado, cree que se ha enamorado
de ella, no sabe la verdad, la ha conocido esa misma noche pero… Es perfecta,
es atenta, guapa y… Romántica. Han intercambiado sus números de teléfono y se
han prometido llamar al día siguiente, todo va a salir perfecto.
El cartel de su pub
favorito está encendido; son las tres de la mañana y si sigue abierto es que
debe de haber ambiente.
Christian entra en el
“Dreamers”.
(Fundido en Negro)
Parte 13.
(Interior del “Dreamers”).
Había supuesto bien
ya que estaba todo lleno de gente. Christian aún no va borracho y se ha pedido un
vaso de ron. Está apoyado en la barra bebiéndolo lentamente mientras pasea sus
ojos por todas las personas que llenan el pub.
Hay un chico, pelo
castaño, ojos color caramelo, camisa de cuadros de varias tonalidades de rojo a
modo de chaqueta, camiseta negra, vaqueros y deportivos. Está con varios amigos
hablando hasta que ve que Christian lo está mirando y se calla de golpe.
Christian se ruboriza
y mira a otro lado mientras da un trago a su vaso. Este se termina y suspira.
Vuelve a mirar en dirección al chico y su corazón le da un vuelco cuando se lo
encuentra de golpe mirándole a los ojos.
El chico tiene una
mandíbula algo grande y sonríe. Sus dientes son totalmente perfectos y blancos,
y su sonrisa para Christian resulta encantadora, hipnotizadora, perfecta…
Este ladea la cabeza
bruscamente para poder pensar y decide hablarle serio para hacer que se vaya de
ahí.
Christian: ¿Qué
miras?
Chico: Eso mismo me
estaba preguntando yo, me llamo Daniel, Dani-extiende la mano-. ¿Y tú eres?
Christian (mirando su
mano sin saber qué hacer): Christian, simplemente Christian, Chris para los
amigos.
Dani: Encantado
Christian, ¿te puedo invitar a bailar?
Christian niega con
la cabeza pero Dani le coge del brazo y lo lleva a mitad de la pista, le rodea
la cintura haciendo caer el vaso de Christian al suelo y lo pega a él
subiéndolo un poco debido a que es un poco más alto.
Dani: Puedes rodearme
con los brazos-susurra cerca de su cara-, no te voy a hacer nada.
Christian hace lo que
le dice como si estuviese hipnotizado por sus ojos color caramelo. Christian
acerca su cara a la de Dani y roza sus labios con los de él, después el beso se
intensifica por acción de Dani. Christian lo sigue agarrando su cara con ambas
manos y después, en un segundo, reacciona ante lo que está haciendo y se separa
de Dani, le da una pequeña bofetada y sale del pub corriendo enfurecido con
lágrimas en los ojos.
Parte 14.
(Habitación de Christian).
Está tumbado en su
cama aún con la ropa puesta. Respira bastante agitado, está enfadado después de
lo que ha pasado… ¿Se llamaba Dani? Ni siquiera se acuerda bien de su nombre.
Se pone de lado y
fija su vista en la pared.
¿Por qué? ¿Por qué
diablos tenía que moverse algo en su interior al besarlo? No debía de haber
pasado así. Está enamorado de Georgina, sí, está enamorado de ella y… Le han
gustado los dulces labios de ese chico llamado Dani.
(Fundido en Negro).
Parte 15.
18 de Marzo. Tres
destinos. Tres corazones distintos, y un objetivo: “Amar y ser Amados”.
:O Que intenso el primero capitulo, como será el resto! Ay ay *-*
ResponderEliminarMe ha encantado, Fran.
ResponderEliminar