jueves, 28 de junio de 2012

Capítulo 8:


Parte 1.
Christian llamó a Rubén desde la carretera, cuando este fue a recogerlo estaba empapado y tiritando de frío; al subirse en el coche se recostó en los sillones de atrás y sollozando en silencio se quedó dormido.
Tras llegar a casa, Rubén lo tomó de nuevo en brazos y lo subió hasta arriba. Tenía que desnudarlo y así lo hizo pues estaba entero mojado. Lo dejó en ropa interior y lo acostó en la cama, como no dejaba de tiritar, se acostó a su lado y lo abrazó.

Christian abre los ojos, despierta en un nuevo día. Lo primero que se encuentra es la cara de Rubén, no recuerda cómo ha llegado hasta allí, sólo sabe que lo llamó tras lo que digo Georgina y… Bueno, ahora está con él, otra vez. Los brazos de él le rodean el torso y, con cuidado, le rodea el cuello, se pega a él todo lo que puede y cierra los ojos, después suspira. ¿Por qué se tiene que sentir así con él? ¿Por qué su mente decide estar totalmente relajada y olvidarse de todo cuando está con él?
Poco después de pegarse a él se vuelve a quedar dormido.
Fundido en Negro.

Parte 2.
Georgina ha conseguido lo que quería. Christian se marchó de la fiesta antes de poder hablar con él, y ahora en cierto modo se siente mal porque no debería de haberlo hecho, pero quiere tener al bebé, y Liam también.
Ahora mismo está sentada en una de las sillas del salón, su madre le había dicho que hiciera lo que quisiese con su vida, que no se entrometería. Liam está a su lado, están cogidos de la mano y la mira con una media sonrisa.
Liam: ¿E-Estás bien?
Georgina (niega con la cabeza): Creo que no debería de haberlo hecho así, todos sabían que estoy embarazada de ti, menos él.
Liam: Pero… ¿No es gay?
Georgina: Pero me ama, o me amaba, y le ha dolido Liam, le ha dolido porque no debería de haberlo hecho así.
Liam: Pero tarde o temprano se lo tenías que haber dicho, ¿no crees? Además si no os habíais acostado… Sabría que no era de él.
Georgina: Liam que no, me pasé. Le monté una fiesta para presentarlo a todos, y voy y lo dejo como cornudo, y para colmo digo que estoy embarazada. No me lo perdonará, ¿sabes? No me lo perdonará.
Liam: Pero tú has elegido esto hermosa, así que hay que seguir adelante, sin mirar el pasado, sólo el futuro, nuestro futuro.
Georgina: Tienes razón… (sonríe sin ganas). Tienes razón.
Fundido en Negro.

Parte 3.
Christian y Rubén se han levantado ya. Son las diez de la mañana y tienen que ir al hospital. Hoy Dani se va a Londres para que le hagan unas pruebas allí y… Bueno, no saben cuándo volverá.
Christian ha estado evitando pensar en la marcha de su novio durante toda la semana, ¿ahora qué? Ha llegado el día, ya no sabe qué hacer, o qué decir para enfrentarse a su pérdida. Pero tampoco lo va a perder, sólo van a ser unos meses…
Los meses más largos de su vida.
Está en bóxer y Rubén también, recorre su cuerpo con los ojos y sonríe mientras se ruboriza un poco al descubrirse pensando en Rubén como algo más que un amigo, ¿y por qué no Christian? Él no se va a ir, él no te va a dejar.
Rubén: ¿Qué quieres para desayunar cielo?
Christian: No sé… No tengo hambre la verdad.
Rubén: ¿Seguro? La verdad es que no tienes muy buena cara… ¿Seguro que quieres ir a despedirte de Dani?
Christian: Claro, he de hacerlo… Lo… Bueno, lo amo y quiero decirle que estaré esperándole hasta que vuelva.
Esas palabras hacen daño a los sentimientos de Rubén pero lo esconde muy bien. Comienza a preparar dos tazas de café y le da una al joven con una sonrisa, después se acerca a él y le besa la frente. Susurra un te quiero apenas audible y comienza a beber de su café. Christian también lo hace pensando en Dani, en qué le dirá cuando le vea, y lo más importante, mentalizándose a que debe de aguantar las lágrimas, al menos delante de su novio.
Tras terminar Rubén se sienta en una silla de la cocina delante del chico y le coge las manos suavemente, le mira a los ojos y sonríe leve. Dentro de él se mueve algo, cuando lo mira es… Es su mundo, sus ganas de seguir adelante. ¿Qué más da si es el novio de su amigo? Lo ama, lo ama más que él y de eso está muy seguro.
Rubén: Christian… ¿Qué pasó anoche?
Entonces ocurre que lo que había apartado de su mente vuelve. Se le llenan los ojos de lágrimas y se acerca a Rubén pegándose a su cuerpo, este le abraza y lo aprieta contra él. De nuevo pasa que sus labios se encuentran entre las lágrimas de Christian y el mundo, su mundo de papel, se quema.
Separa sus labios de Rubén y le mira a los ojos, suspira y ladea la cabeza.
Christian: Rubén… Yo… Creo que no debemos…
Rubén: Perdóname… Es que…
Christian: No lo digas, por favor, te lo suplico.
Rubén: V-Va…
Christian (pensando en lo que pasó anoche): Anoche… Georgina, mi creo que todavía novia, me preparó una fiesta para presentarme a sus amigos y a su familia y… Dijo que estaba embarazada.
Rubén (estupefacto): Espera, ¿tu novia? ¿Embarazada?
Christian: A ver… Yo no la amo, ya no la amo como a Dani. Él sabe que sigo estando con ella porque no sé cómo dejarla… Y sí, está embarazada.
Rubén: ¿P-Pero cómo es eso?
Christian (hace una pausa para no llorar): No lo sé, pero mío no es.
Rubén: Oh cielo… (le abraza), lo siento.
Y de nuevo, las lágrimas llenan sus ojos y su mente maldice todos y cada uno de los momentos que pasó junto a ella. Cierra los ojos y rodea a Rubén por el cuello con los brazos, suspira, susurra miles de cosas y se ahoga en sus lágrimas.
Rubén: Tranquilízate, no merece tus lágrimas. Tienes muchas personas que te aman. Me tienes a mí…
No ha pensado lo que ha dicho bien. Pero a Christian no le importa, ha escuchado algo que quería oír, que necesitaba oír. Que le tiene a él, porque él le ama.
Fundido en Negro.

Parte 4.
Christian se ha puesto unos pantalones vaqueros de Rubén y una camiseta. Para que estos no le quedasen tan largos le ha dado varias vueltas al bajo. Lleva los zapatos de la noche anterior y hacen un contraste muy bonito con la ropa que lleva.
Están en el hospital, sólo puede entrar uno a despedirse y Rubén quiere que entre Christian ya que es su pareja y no lo verá en un tiempo. Esperan en la sala a que un médico les pida que pase. Rubén está nervioso, ¿qué pasará cuando Dani desaparezca? ¿Perderá el contacto con Christian?
Sale un médico y los mira a ambos.
Médico: ¿Quién va a entrar?
Christian (levantándose): Yo.
El médico le invita a pasar y este se pierde detrás de las puertas blancas. Rubén mira fijamente cómo se aleja, cómo va con el amor de su vida. Ve cómo el amor de su vida se va con otro.

Parte 5.
Christian mira a un Dani que ni siquiera reconoce. ¿De verdad ese es su novio? Está muchísimo más delgado que antes y cada vez hay más máquinas y más tubos que se conectan a su cuerpo. Coge su mano suavemente y se abren sus ojos. Esos ojos que habían estado llenos de vida y color, esos ojos que ahora han perdido todo su esplendor.
Dani (musitando muy bajito): Te echaré de menos.
Christian (niega con la cabeza): No hables cariño… Yo también te echaré de menos. Te esperaré, ¿sabes? Te esperaré porque te quiero, porque te necesito aquí conmigo, ahora más que nunca. Serán sólo unos meses, pero cuando vuelvas a España, estaré esperándote, porque te amo, y quiero pasar mi vida a tu lado, ¿de acuerdo? (se le llenan los ojos de lágrimas).
Dani asiente con la cabeza y la vuelve hacia la ventana. Se queda mirando la lluvia del cielo fijamente, después parpadea y mira a Christian.
Ha pasado algo, no es la misma mirada de enamorado que se tiene que despedir como la anterior mirada. Es una mirada vacía, llena de indiferencia. No entiende por qué su novio le mira así, sin sentimientos, sin reconocimiento alguno.
Dani: ¿T-Te puedo preguntar una cosa?
Christian asiente con la cabeza, tiene miedo porque le va a hacer daño lo que le va a preguntar, lo presiente, porque hay algo que no va bien.
Dani: ¿Quién eres?
Sus ojos se llenan de lágrimas y suelta su mano, se encoge de hombros y suspira. Llama al médico y este le cuenta que es uno de los síntomas que podía tener lo que le estaba pasando a su novio, y que era una de las cosas primordiales por las cuales se iba a Londres, para tratar esa pérdida de memoria.
Dani les mira sin saber qué decir, no comprende qué es lo que están hablando, no recuerda ni su nombre. ¿Quién es ese chico de unos dieciséis años que llora?
Christian: S-Soy un amigo…
Dani: No llores… Si no pasa nada, estoy bien.
Christian le sonríe y le dice adiós con la mano, sale de la sala llorando aún. Rubén se levanta de la silla al verlo y lo abraza fuertemente.
Christian (entre sollozos): No se acuerda de mí…
Rubén: ¿Cómo dices? Ven cielo… Siéntate y cuéntame qué pasa.
Christian (sentándose, rodeado con los brazos de Rubén): El médico me ha explicado que la falta de nutrientes estaba comenzando a afectar al cerebro y podría provocar varias lesiones entre las cuales a la que más temían era a la amnesia. No saben si será definitiva o temporal, pero quieren tratarla en Londres. Lo tenía cogido de la mano, le he dicho que le esperaría, que le echaría de menos y él… Me ha preguntado que quién era yo.
Rubén sólo le abraza. No sabe qué responder y deja que Christian llore y se desahogue. ¿Por qué tiene que pasarle esto? A él… A pesar de que es su amigo, lo agradece porque si no se acuerda de él… Ahí estará para poder apoyarle y enamorarle, pero, ¿y si es verdad que le va a esperar? ¿Que está perdidamente enamorado de él y que su corazón no ve más allá?
Fundido en Negro.

Parte 6.
Rubén está preocupado. Christian lleva todo el día metido en la cama, en su cama, llorando y maldiciendo su vida. No ha querido comer y eso le preocupa aún más. Ha apagado el móvil, a pesar de que sea sábado y tenga que ir a trabajar no quiere hacerlo, prefiere intentar animar al chico del cual está enamorado.
Se tumba en la cama con él y le abraza, le acaricia y le dice que todo irá bien, que recuperará la memoria, que su amor es más fuerte que cualquier otra cosa. Pero él lo niega, niega todo, dice que se odia, que odia a todo el mundo porque ha pedido al amor de su vida, porque no volverá, que no amará a nadie como lo ama a él; y lo que más le duele oír de todo, que no quiere vivir si no es con él.
Rubén soporta sus lágrimas a base de caricias y besos en la frente. Él le da la negativa a todo, le dice que todo irá bien, que pasará, que si no… Que encontrará a alguien que también le haga feliz, que le llene como persona al igual que Dani lo había hecho.
En un momento ocurre algo que no habría imaginado, de los labios de Christian surge un te quiero, pero no uno que se dice para quedar bien, un te quiero sincero, lleno de ilusión, de amistad, de cariño. Un te quiero lleno de amor.
Rubén: Y yo Christian, sabes que yo también.
Christian (se pone encima de él y se sienta en su cintura, le mira a los ojos y sonríe) Mentira, no me quieres.
Rubén: ¿Ah no? ¿Entonces?
Christian: Me amas.
Fundido en Negro.

Parte 7.
Christian ha vuelto a casa. Ha estado muy a gusto con Rubén y se siente feliz, ha podido apartar un poco la separación de Dani pero en el fondo la tiene presente, porque no sabe qué hacer para poder seguir adelante, se siente solo, en su habitación se siente vacío y triste. Sin ganas de seguir adelante.
Su móvil suena, es Georgina, lo coge bastante serio.
Christian: ¿Qué quieres?
Georgina: Que hablemos, ¿puedes bajar a la calle?
Christian: Claro.
Cuelga el teléfono y coge el traje y los zapatos que ella le había comprado para la fiesta, están metidos en una bolsa. Se lo va a devolver, no quiere nada de ella. Dice a sus padres que va a habar con Georgina, que no tarda nada y baja bastante nervioso, tiene fuerzas para decirle la verdad, de que siempre estuvo enamorado de ella, pero no de la misma manera que de Dani.
Cuando la ve, el odio recorre todo su cuerpo y le da la bolsa. Se separa de ella un poco y le mira el estómago. Está embarazada.
Christian: ¿Qué quieres?
Georgina: Quiero decirte que lo siento, que te amé pero…
Christian: ¿Pero? Eso digo yo, ¿pero quién te crees que eres? ¿Me dices que me amaste y estás embarazada de otro? Eres una puta, eso es lo que pasa. No sé de qué vas, preparas todo para mí, y me dejas en vergüenza delante de todos, ¿en serio me amaste? Porque yo lo dudo.
Georgina (gritando): ¿Que yo te dejé en vergüenza? ¡Soy yo la que tiene un novio maricón que se pasa la semana en casa de su novio y que se acuesta con él! ¡Soy yo la que se tiene que enterar por terceras personas de tus mentiras! ¿Y aun así soy yo la puta? Dios, me río.
Christian: Te lo quería decir, porque dios, sí te amé Georgina, te amé con todo mi corazón, con toda mi alma.
Georgina: ¡Eres gay por dios no me hagas reír!
Christian: ¡Te amé! ¡Yo no amo con la polla, amo con el corazón, y yo te amé a ti más que a nadie!
Georgina: Mira, ¿sabes? Estoy muy orgullosa de estar embarazada, quédate con él, que te llene, que te dé lo que yo no puedo darte. Sé que eres gay, que conmigo nunca llegarás a nada, sal de mi vida, vete, porque no pintas nada en ella.
Christian se derrumba, se le llenan los ojos de lágrimas. Ella tiene razón, él lo ha jodido todo, sabía que era homosexual desde el principio y le prometió amor, ¿qué esperaba? ¿Que saliera bien? Coge aire y le musita un adiós, después se da la vuelta, sube a su casa y pasando delante de unos ojos llenos de preocupación por parte de sus padres entra en su habitación, deshace la cama y se mete en ella.
Fundido en Negro.

Parte 8.
Georgina está haciendo la maleta. Liam le ha propuesto irse a vivir con él a Estados Unidos. Allí podrán tener el bebé y hacer una vida juntos. Ella ha aceptado sin pensárselo dos veces. La discusión con Christian la ha dejado marcada para toda su vida, nunca podrá olvidar sus palaras de odio y de desprecio, sus palabras de amor.
¿Acaso él se merecía eso? Sí, claro que se lo merecía, ella ha sido la cornuda en todo momento, ella ha sido a la que han engañado y le han dicho miles de mentiras, y ella sólo…
Sólo se ha quedado embarazada de otro, le ha humillado delante de todos y le ha pedido que no vuelva a pasar por su vida. Y ha hecho bien, que no vuelva a pasar por su vida nunca más. Ahora ella tiene una nueva vida al lado del padre de su bebé, y es el momento de vivirla.
Fundido en Negro.

Parte 9.
Christian se ha separado de Dani, y de Georgina. Dani ha perdido la memoria y se lo llevan a Londres para ayudarle a recordar, para ayudarle a volver a la vida. Rubén está enamorado de Christian y quiere aprovechar este tiempo sin su amigo para enamorarlo.
¿Y el destino? Vuelve a dar nuevas oportunidades al amor. Llegarán personas nuevas, personas que hagan la mentira del amor más grande aún, ¿o no es ninguna mentira y el amor existe de verdad?
Descúbrelo en “Dime Mil Mentiras Pero No Me Digas Que No Me Quieres Parte 2: Nunca las segundas oportunidades te enseñan a olvidar” en el capítulo 9.
Gracias por seguir leyendo hasta aquí y espero que disfrutes de esta historia.

martes, 26 de junio de 2012

Capítulo 7:


Parte 1.
Christian le ha dicho a su madre que pasará toda la semana en casa de un amigo suyo debido a varios trabajos que tienen que hacer, que volverá el viernes. Ha vuelto a mentir, se está pasando ya, él nunca lo había hecho, pero claro, ¿cómo cuenta que se ha enamorado de un chico y que está saliendo con él? Claro, no puede. Su padre es homófobo y… Le echaría de casa.
Rubén le mira. Está en bóxer, pasaron la noche juntos, abrazados. A Christian le parecía simple amistad, un simple gesto de bondad mediante el cual hacerle sentir mejor, en cambio Rubén… Rubén estaba haciéndolo por algo más. A él no le importaba Dani, no, no es que no le importase, es su mejor amigo desde que eran pequeños… Simplemente, que no estaba con Christian por él, si no por otras razones ajenas, razones que nadie debe de saber porque de lo contrario… Habría problemas.
Él se acerca al joven que se ha quedado dormido en el sillón y lo coge en brazos con cuidado, lo lleva hasta su propia habitación en la cual la cama está deshecha y allí lo acuesta, lo tapa con cariño y una vez termina sonríe, coge unos pantalones vaqueros del armario y una camiseta gris y sale del cuarto para vestirse en el baño, quiere ir a hacer unos recados y Christian tardará en despertarse.
Fundido en Negro.

Parte 2.
Georgina ya está levantado y organizándolo todo. No deja de hacer llamadas, a varias empresas de cáterin, a floristerías, orquestas de música. Lo tiene todo, incluso tiene el sitio. A reservado un recinto sin techo desde el cual se verán las estrellas. El sitio es precioso, todo de mármol blanco decorado en una imitación a la antigüedad grecolatina.
Ella ya tiene su vestido, llevará un corto vestido de gasa rojo a juego con sus tacones de botín del mismo color. Y también tiene el traje para su novio. Será morado con una camisa rosa palo y una corbata negra. Irá muy elegante; cuando lo vio en el catálogo sabía que tenía que ser para él, ya que era su color favorito y con el cuerpo que tiene… Lo vestirá genial.
Se sienta en las escaleras de su casa y envía un mensaje a Helena. Pasa la mano por su pelo, lo lleva muy bien arreglado a pesar de ser las diez y media de la mañana, como si hubiese estado en la peluquería. Están a jueves, un día más y estaría en la fiesta, rodeada de la gente que quería, demostrándole a Christian que podía amarlo igual, o incluso mil veces más que ese crío. Aunque, por otro lado…
Daniel se irá el sábado a Londres, así que no tendrá nadie contra quien luchar, contra quien sentirse superior para derrotar. Ella ya ha ganado la batalla.
Siente cómo se mueve algo dentro de su estómago, se lleva las manos a su barriga, se siente mareada y tiene náuseas. Sube corriendo las escaleras hasta llegar al cuarto de baño y vomita, no porque ella quiere como solía hacer, sino porque su cuerpo lo hace, es como si lo necesitase.
Tras vomitar varias veces se apoya en la pared y se queda mirando el techo, el mareo ya ha pasado pero sigue trastornada. ¿Qué le está pasando? Entonces la respuesta llega a su cabeza demasiado rápido y le duele, le duele tal y como si le hubiesen clavado un puñal en el estómago.
Recuerda la pregunta de su amiga, “Y bueno tía cuéntame, ¿lo hiciste con condón? Porque si no…”. Ahora lo comprende todo. ¿Cuándo le tenía que haber bajado la regla? Hace dos días, ¿cuándo lo hizo con Liam? El domingo. Todo encaja perfectamente, el miedo le recorre todo el cuerpo, no le puede pasar a ella, porque no. Es imposible que lleve un ser de… De ese dentro de ella. Y más si está saliendo con Christian, ¿cómo le va a explicar el embarazo si aún no lo han hecho? Ríe ante la pregunta que se acaba de hacer, y nunca serían capaz de hacerlo.
Coge su móvil que está en los bolsillos de esos pantalones pitillo que de golpe le aprietan más que nunca. Tiene que abortar, otra vez, no puede hacer su vida de nuevo, y menos con un bebé. Marca el número de Helena el cual se sabe de memoria y espera a que le coja el móvil una amiga dormida aún.
Georgina: Tía, necesito ir al hospital, que me vea tu padre, creo que estoy embarazada.
Helena (saliendo de su sueño de golpe y gritando): ¿Qué? No, espérate. ¿Cómo que crees que estás embarazada? ¿De quién?
Georgina: De Liam joder, ¿de quién si no? Me acosté con él sin condón, y me tenía que haber bajado hace dos días, el martes y no lo ha hecho.
Helena: Es imposible Gi. Lo hicisteis el domingo, en dos días no puedes quedarte embarazada.
Georgina: Helena, que sí. Lo noto; es como si creciera dentro de mí lentamente y me marcase. Y tengo el presentimiento de que será una niña. Estoy segura.
Helena: Te estás precipitando, pero te voy a ayudar. Hablaré con mi padre como la última vez, tú llama a Liam, creo que debéis de hablar de esto.
Georgina: ¿Que lo llame? Ah no, por eso me niego a pasar. Abortaré y él no tiene por qué enterarse.
Helena: Es que tal vez él quiera tener lo que venga al mundo y ser el padre.
Después cuelga, dejando las palabras en el aire, junto con las dudas y las preguntas. Millones de ellas que necesitan respuesta.
Fundido en Negro.

Parte 3.
Christian se ha despertado solo en el piso de su novio. Sabe que Rubén va a volver porque habrá salido a hacer unas compras. Están a… ¿Jueves? Ladea la cabeza, no lo quiere ni saber, no le importa nada el día en el que vive. Lleva toda la semana sin ir al instituto. Se da le vuelta en la cama y piensa en su novio. Allí encerrado entre cuatro paredes, en una cárcel compuesta por tubos que entran y salen de su cuerpo. Aprieta los ojos y estos se inundan de lágrimas. ¿Por qué él? ¿Por qué al amor de su vida?
Se levanta de la cama, está en bóxer. Sabe que no hay nadie en la casa así que le da igual, total, Rubén ya lo habrá visto si lo ha llevado hasta la cama, porque él no se acuerda de haberse ido por su propio pie anoche.
En la cocina se sienta en una de las sillas y mira por la ventana, se quita las lágrimas de los ojos y cansado de llorar y de maldecirse a sí mismo decide desayunar.
Coge un vaso y  lo llena de leche hasta la mitad, lo mete en el microondas y lo calienta durante medio minuto, después lo saca y le pone cacao en polvo, tras disolverlo añade leche fría y lo mezcla con la cuchara para que no esté caliente, sino frío.
Se apoya en el mueble de la cocina mientras toma su desayuno cuando la puerta del piso abre y entra un Rubén cargado de bolsas de haber comprado. Christian deja el vaso a medias sobre la mesa y se acerca al joven, coge unas bolsas y las deja sobre el suelo de la cocina, después, una vez él ha dejado las suyas, se acerca y le abraza, sin ninguna razón de ello, porque quiere, porque necesita estar otra vez abrazado a él, sentir su olor, sus brazos apretarle contra su cuerpo.
Christian: Gracias…
Rubén (estupefacto por el abrazo): No me tienes que agradecer nada… Estoy aquí para hacer que te sientas bien.
Christian (le acaricia la cara): Por eso, te estoy muy agradecido Rubén, no sabes cuánto…
Rubén: ¿Quieres que vayamos a ver a Dani después de colocar la compra?
Christian (negando con la cabeza): Yo… Voy a sonar egoísta y mala persona pero… ¿Te importaría pasar conmigo el día? Mañana… Tengo que ir con Georgina a una fiesta y… Bueno…
Rubén (le tapa los labios con un dedo y sonríe): Luego saldremos a cenar, ¿vale? Te llevaré a un sitio que me gusta muchísimo, con música en directo. Canta un amigo mío, Roberto, te gustará.
Christian asiente con la cabeza y se pone de puntillas para besar en la mejilla a Rubén, después se separa de él y comienza a colocar las cosas que ha comprado como si él viviera en esa casa ya que se conoce todos y cada de los sitios de la cocina donde colocan las cosas los chicos que viven allí.
Fundido en Negro.

Parte 4.
Ha caído la noche y Christian se ha puesto unos pantalones largos negros y una camiseta del mismo color. No quiere ir muy llamativo. Se ha peinado como siempre, con el flequillo liso hacia el lado.
Rubén si se ha arreglado más. Se ha puesto unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros de varias tonalidades de azul. Va guapísimo ante los ojos de Christian, le ha recordado tanto a Dani que ha tenido que pensar antes de llamarle por el nombre de su amigo en lugar de por el suyo propio.
Están en un restaurante de esos de etiqueta, de los que te hacen pagar más de lo normal por un plato normal y corriente. Christian se siente incómodo porque sabe que Rubén tendrá que pagar bastante por esa cena de dos, así que cuando recibe la carta, busca el plato que menos precio tiene y pide ese plato, sin saber que está pidiendo pasta a la boloñesa. Rubén en cambio pide uno de los más caros, una carne a la parrilla con una salsa de setas acompañada de verduras y patatas.
Ambos cenan intercambiando miradas y sonrisas, intercambiando pensamientos de halago el uno del otro; dejando que los minutos pasen mientras la comida se va acabando.
Una vez terminan Rubén paga y se van del restaurante, Christian le ha cogido de la mano y sonríe pegado a él. No sabe a dónde le lleva, seguramente a ese pub con música en directo al que le había prometido que irían. ¿Acaso se puede ser mejor persona? Se siente muy a gusto con él a pesar de que en ocasiones se plantee si Rubén actúa movido por algo más fuerte que la amistad.
Fundido en Negro.

Parte 5.
Christian no se ha quedado bien con el nombre del pub. La decoración es muy bonita, hay sillones rojos y mesas rodeadas de dos, tres o cuatro sillones respectivamente. Todas las mesas están alrededor de un escenario central en el que hay unas guitarras, un teclado y una batería. Hay un chico de tez blanca afinando las guitarras y probando el micrófono. Es alto, de un metro setenta más o menos; tiene el pelo castaño oscuro y lo tiene peinado hacia arriba. Cuando se encuentra con los ojos de Christian estudiándole, sonríe y entonces el chico se percata de que tiene una sonrisa muy bonita y sincera. En sus ojos nuestro protagonista se pierde, son oscuros y muy elegantes. Christian le sonríe y se vuelve hacia Rubén ruborizado.
Rubén: Se llama Roberto, cantará esta noche, ¿quieres que te lo presente?
Christian: Si quieres…
Lo hace, se lo presenta y Christian le estrecha la mano y Roberto se acerca a él para darle dos besos, después hace un comentario que deja tanto a Rubén como a él estupefactos. Cree que están saliendo. Lo más extraño de todo es que ninguno de los dos se atreve a negarlo, simplemente se quedan callados sin saber qué decir.
¿Qué te está pasando Christian? ¿Te estás enamorando cuando tienes a tu novio ingresado en el hospital y a tu novia preparándote una fiesta de presentación a su familia y amigos? Cuidado chico, no sabes lo que el amor puede provocar.
Fundido en Negro.

Parte 6.
Roberto ha cantado muchas canciones, todas ellas de otros artistas. Christian se ha maravillado de su voz y se ha quedado en la mente con una de ellas, Hurt de Christina Aguilera.
Están en el coche de Rubén. Lo lleva directo a casa ya que debe de dormir, ya es viernes y en unas horas Georgina estará en su casa para arreglarlo ya que la fiesta tiene que comenzar y él debe de estar allí.
Christian se baja del coche y coge del maletero su mochila en la que lleva la ropa que ha estado usando toda la semana. Se tiene que despedir de Rubén, sonríe y le abraza, después le besa en la mejilla y ocurre algo que no se espera. Él le coge la cara con las manos y tras susurrar un lo siento le da un corto beso en los labios. Después lo deja ahí en la puerta de su casa y se sube en el coche, sin decir nada, se marcha y ahí queda Christian, con el corazón en un puño, con una respuesta a todas las preguntas que se había estado durante toda la noche. ¿Ahora qué?
Fundido en Negro.

Parte 7.
Ya son las siete de la tarde. Georgina pasó a por Christian hace dos horas y ahora el chico se encuentra vestido con un traje morado, camisa rosa palo y corbata negra. Suspira, no se siente cómodo con el traje ya que los odia, pero no se podía negarse a vestirlo, allí irán todos bien vestidos. Había pensando hablar con su novia, decirle que tenían que dejar lo suyo, que estaba enamorado de otra persona, que era homosexual… Pero ella está tan feliz. Su vestido rojo de gasa le hace más bella que nunca. Pero eso es lo único que ella le inspira, belleza.
La gente ha comenzado a llegar y todos le saludan, los chicos con un apretón de manos, las chicas con dos besos. Y  bueno, ahí está Christian nervioso por lo que pueda pasar esa noche. ¿Y si ella quiere hacerlo? ¿Cómo va a actuar? Tiene miedo, mucho miedo.
Georgina: ¿Estás nervioso?
Christian: ¿Nervioso? ¿Por qué iba a estarlo?
Georgina: No sé, espero que lo pases bien mi amor (le da un corto beso en los labios y le abraza suavemente, después se separa). Voy a buscar a mis amigas, intenta acercarte a la gente cielo.
Christian: Claro mi vida.
Ella se va y él aprovecha para salir a la calle y respirar un poco de aire fresco. Se sienta en las escaleras y suspira, no quiere estar ahí, le apetece irse al hospital al lado de Dani, pero no sabe cómo hacerlo, el contarlo todo. Apoya los codos en las rodillas y se coge la cabeza con las manos, cierra los ojos y se queda ahí, esperando que pase algo.
Al cabo de un rato le tocan por detrás suavemente y abre los ojos, se da la vuelta y se encuentra a Georgina con el ceño fruncido.
Georgina: ¿No te lo pasas bien?
Christian (ladea la cabeza) Es que estoy cansado… No te preocupes.
Georgina (se agacha y le coge de la mano, tira de él): Ven cielo, que voy a dar una noticia delante de todo el mundo y tú tienes que estar conmigo.
Christian la sigue hasta dentro. Pasa por delante de miradas pertenecientes a personas a las cuales ha saludad pero ya no se acuerda de su nombre, ladea la cabeza porque no sabe a dónde va ni qué es lo que su novia va a decir. Se suben a un pequeño escenario y las luces se vuelven tenues hasta que los enfocan a los dos.
Georgina (suelta de la mano a Christian para comenzar a hablar): Tengo algo que confesar… Esta noche aquí, delante de todos vosotros (se gira para mirar a su novio), delante de ti.
Christian asiente con la cabeza dándole paso a que hable. ¿Qué va a decir? ¿Acaso va a demostrar el amor que ella siente por él delante de todos sus amigos y familiares? ¿Delante de los padres de ella?
Suspira y aprieta los ojos, tendrá que decir algo después, o a lo mejor se inundan sus ojos de lágrimas y consigue librarse de hablar.
Georgina: Bueno pues yo… (hace una breve pausa). Estoy embarazada.
Christian abre los ojos de golpe. ¿Qué? ¿Embarazada? Él no te le ha tocado ni un solo pelo. Todo pasa rápido, ella le abraza con lágrimas en los ojos, susurra algo que él apenas consigue oír debido a los aplausos y se baja del escenario para rodearse ella de los abrazos de sus amigos.
Él sale corriendo de allí, aguantándose las ganas de llorar. Corre lejos del lugar, sin saber a dónde ir, sin un camino trazado. Sólo corre y llora.
Entonces se desata. Se libera la ira, el amor y la furia. Despierta todo lo que había ocultado hasta ese día, justo hasta ese momento. Cae al suelo mientras comienza a llover, al parecer el cielo le acompaña. Y hoy, domingo 15 de abril, comienza lo que será la verdadera vida de Christian, con sus mentiras y enredos, amores y desamores, locuras y actos que perjudican su salud.
Pero, ante todo, comienza una nueva etapa en su vida, una etapa en la que el amor hará que todo se quede totalmente apartado de su vida.

viernes, 22 de junio de 2012

Capítulo 6:


Parte 1.
Georgina está frente al espejo. Ha pasado una semana desde la última vez que habló con Christian, ¿cuándo fue eso? El viernes, el sábado desapareció y sigue sin saber nada de él, o eso es lo que todos creen.
Está saliendo con el chico ese, Daniel. Lo sabe. También es consciente de que el novio de su… Aún novio, está ingresado en el hospital al borde de la muerte, incluso sabe algo que ni su amigo Rubén ni Christian saben; Daniel debe de ir a Londres e ingresarse allí en un centro de rehabilitación.
¿Cómo sabe todo esto? Sus hilos, sus perfectas marionetas. Ella es así, siempre ha sido así y consigue lo quiere con sólo levantar el teléfono.
Es viernes noche y ha decidido salir con sus amigas, Helena la espera abajo. Vuelve a mirarse al espejo por última vez y sonríe satisfecha de su trabajo. Lleva un vestido de Vittorio Lucchino blanco y negro de corte princesa que le llega por encima del muslo. El pelo se lo ha recogido en alto y se ha puesto unas pinzas con unas perlas en las puntas. Se ha maquillado poco, hoy quiere llamar la atención por su ropa y no por su belleza, para terminar, calza unos tacones negros de doce centímetros.
Esta noche sus amigas han contactado con Liam, uno de sus amores pasajeros con el cual lo hizo por primera vez el 27 de enero de ese mismo año, en una piscina climatizada de su casa. Otro chico de la élite.
Te mueves muy bien por este mundo, Georgina.
Fundido en Negro.

Parte 2.
Georgina baila al son de la música mientras Lila mira hacerlo.
Este lleva unos pantalones grises y una camisa morada con la corbata sin anudar de color negra, muy elegante, al igual que todo la gente que hay en esa fiesta de las cuales, el calzado más barato que está pisando ese suelo de mármol ronda los 4.000 euros.
Helena es también de la alta clase, su padre es uno de los cirujanos de más renombre en toda España. Su pelo está rizado, una de las pocas veces que lo podremos ver así. Lleva un vestido de Dolce&Gabanna de vuelo hasta la rodilla, es de satén rosa pálido; los tacones de quince centímetros son del mismo color.
Liam: Hoy Georgina está muy guapa.
Helena: ¿Verdad? Se supone que tiene novio, pero es maricón.
Liam: ¿Cómo has dicho?
Helena: Sí lo que oyes. Está saliendo con un chico, se llama Dani. Está ingresado en el hospital de mi padre, está mal pero tampoco tan grave como lo han pintado.
Liam: ¿Como lo han pitando? ¿Qué has hecho Helena?
Helena: Mover hilos, mira tío (se gira para mirar a Liam), lo que necesita Gi es un bueno polvo, un buen mango que le haga sentir lo que es un tío de verdad, y ese tal Christian, dicho sea de paso no es de los nuestros ni nada, no es capaz de darle. Así que cariño, ve a por ella esta noche.
Liam asiente con la cabeza y se relame los labios. Aún recuerda la vez que lo hicieron en la piscina, fue tenerla entre sus brazos, acariciarla, besarla, oírle jadear que no parase…
Georgina está bailando cuando llega Liam y cuando este le rodea la cintura con el brazo y la pega a él moviendo la cintura lentamente.
Liam: ¿Cómo estás hermosa?
Georgina (lo mira por encima del hombro de forma pícara): Muy bien Liam, ¿y tú?
Liam: Ahora estoy como en el cielo.
Georgina (se da la vuelta y rodea su cuello con los brazos): ¿Ah sí?
Liam: Por supuesto.
Ambos buscan los labios del otro y cuando la música para con el fin de dar paso a otra canción, sus labios se juntan, sus mundos aparte vuelven a colisionar, esta vez sin retorno; con una vuelta atrás imposible.
Fundido en Negro.

Parte 3.
Volvemos a la habitación de Georgina. Hay ropa tirada por el suelo, tanto de chico como de chica. Los dos están en la cama, Liam y ella. Han terminado, ha sido una noche para recordar esos viejos momentos en los que eran el uno para el otro. Los te quiero, las caricias, los besos, todos aquellos recuerdos de los que apenas quedaban retazos, allí donde el olvido los manda, habían vuelto esta noche más fuertes que nunca, dispuestos a quedarse, a entrelazar dos vidas, a separar un amor imposible, a romper un amor verdadero.
Ambos están desnudo, uno al lado del otro. Georgina se apoya en su hombro mientras él la tiene abrazada por la cintura. No saben qué decir, el silencio comienza a hacerse molesto hasta que Liam lo rompe, tal vez para mejor, o no.
Liam: Te quiero… Siempre te quise, me negué a olvidarte, por eso estoy aquí Gi… Para amarte más que nunca.
Georgina (mirándole a los ojos): Demuéstramelo, demuéstrame que me amas, que es verdad lo que dices, y te prometo que para siempre me tendrás aquí.
Liam: Lo demostraré hermosa, lo juro.
Georgina: Y yo estaré aquí, esperándote.
Fundido en Negro.

Parte 4.
Han pasado la noche juntos. Georgina se siente viva; él ya se ha ido y ella está sentada en la cama con la ropa interior puesta y una camiseta de esas que ya no usa porque se han pasado de moda. Se pasa la mano por el pelo y después la baja por su cuello, con los ojos cerrados recuerda los besos de Liam, sus jadeos en su oído, sus te quiero mientras lo hacían.
Y la voz de Christian prometiéndole amor eterno.
Mueve la cabeza hacia los lados para quitárselo de la cabeza pero después se da cuenta de lo que ha pasado esa noche anterior, de lo que debe de hacer ahora mismo.
Se levanta de la cama bastante aturdida por todas las cosas que le están viniendo a la cabeza y coge su móvil que está sobre el escritorio y marca el número de Christian, al sexto toque lo coge otro chico del cual desconoce su identidad.
Georgina: ¿Quién eres?
Rubén: Soy Rubén, ¿tú eres?
Georgina: ¿Que quién soy? Georgina, ¿quién voy a ser si no? ¿Qué haces tú con el móvil de mi novio?
Rubén: ¿Qué novio? ¿Christian? Pero si…
Georgina: Ah, espera. Tú eres el amiguito de Dani.
Rubén: ¿De qué conoces a Dani?
Georgina: Bueno, es el que se está follando a mi novio, al cual he de dejarlo.
Rubén: Yo… Sé que no es de mi incumbencia pero… Christian no está bien y si sigue saliendo contigo al mismo tiempo que con Dani… No creo que debas dejarlo…
Georgina: Oh vamos, vas a llegar tú a decirme lo que tengo yo que hacer o dejar de hacer.
Rubén: ¡Que no le hagas daño a Christian joder!
Georgina: ¿Te importa más Christian que Dani? ¿Pero qué clase de amigo eres tú?
Rubén (con voz nerviosa): Y-Yo…
Georgina: Espera, no necesito saber nada más, adiós.
Cuelga el teléfono y su cabeza manipuladora ya está maquinado algo nuevo y totalmente diferente a lo anterior, ¿lo primero? Llamar a Helena.
Georgina: Tenemos que hablar.
Helena: Eh tía espera, ¿qué tal Liam?
Georgina: Folla muy bien, ¿qué te interesa a ti? Venga, dime ahora mismo, ¿qué tienes que ver con la marcha de Dani a Londres?
Helena: Como me conoces Gi… Pues mira, he decidido joder a tu noviete, básicamente porque se lo merece. Por dios, el tío ese no tiene nada, sólo le dio un bajón de tensión debido al azúcar porque tiene episodios bulímicos, pero no es nada tan grave como lo han pintado. Le supliqué a mi padre que se inventase lo que quisiera, que sepas que a cambio me he quedado sin mi día de compras este mes, me debes una.
Georgina: Prometo llevarte de compras.
Helena: Y bueno tía, cuéntame, ¿lo hiciste con condón? Porque si no…
Georgina (se hace una pausa larga): Claro tía, ¿cómo no lo iba a usar? Paso de críos.
Helena: ¿Seguro? Has dudado eh, a unas malas hablo con el enfermero de mi padre para que te mire, y si no tienes nada pues él te puede hacer un apaño, ya tú sabes.
Georgina: No sé, tengo novio, y voy a respetarlo.
Helena: Espera, ¿qué me he perdido?
Georgina: Nada, que si él juega a dos bandos, voy yo a jugar también.
Después cuelga y se levanta angustiada de la cama, donde se había sentado para llamar a su amiga. Claro que no lo habían hecho con preservativo, ¿cómo se iba a acordar de eso? Además, iba bebida, no habría aceptado tener sexo con Liam… O sí, qué cojones, claro que habría tenido sexo con él mil y una veces, estando o no borracha. Porque él era distinto, con él la vida recorría por sus venas, y lo que no eran venas claro.
Georgina: Bueno chica, vamos al mundo exterior, toca un poco de tu parte oscura.
Abre el armario y coge unos tejanos azules oscuros y una camisa blanca, se viste anudándose la parte de arriba por encima del ombligo, se deja el pelo suelto y besa el espejo. Se ve más hermosa que nunca, y nunca dejaría de serlo.

Parte 5.
Georgina se ha trasladado en autobús hasta la casa de Christian, aún no conoce a sus padres y tiene ganas de darle una sorpresa, total, es su novio y como buena novia que ella es, debe amarle y conocer a los padres que dieron a luz al amor de su vida.
Toca en el primero D y descuelga el telefonillo una niña.
Georgina: Hola cielo, soy Georgina, tú eres Natalie, la hermanita de Christian, ¿verdad?
Natalie: S-Sí… ¿quién eres tú?
Georgina: Soy una amiga de tu hermano, ¿me puedes abrir?
Natalie: Claro…
La puerta se abre y Georgina entra deprisa en el portal, subiendo en ascensor hasta la primera planta. En su pequeña ascensión se desata la camisa y se hace una cola con el pelo. Se mira a los espejos que tiene el ascensor y se vuelve a sonreír a sí misma.
Georgina: Hora de actuar pequeña.
La puerta se abre y se acerca hasta la puerta de madera clara del piso de Christian, toca al timbre y cuando la puerta abre la recibe una niña de unos diez años de edad monísima con unos pantalones blancos y una camiseta roja, Georgina se encorva un poco y le acaricia la mejilla.
Georgina: Que mona eres, y eso que tu hermano me había dicho que eras guapa.
Natalie se sonroja y le invita a pasar. Georgina entra y la sigue hasta el salón, el cual se encuentra vacío.
Georgina: ¿Y tus padres?
Natalie: Han salido a comprar, mi hermano se está duchando, ahora cuando salga le digo que has venido a verle.
Georgina: Claro preciosa.
Ahora le toca esperar a que su novio salga de la ducha para encontrarse con esa sorpresa. Lo primero que hará será besarlo, decirle que le ha echado de menos y que espera que se lo haya pasado bien en el cumpleaños de su amigo, después le preguntará por el móvil y una vez le cuente toda la mentira que se prepare en ese momento, le dirá que le quiere mucho y que si pueden quedar el fin de semana que viene, a ver qué contesta a eso.
Fundido en Negro.

Parte 6.
Christian ha salido de la ducha y Georgina se ha tenido que morder el labio al verlo con una toalla en la cintura, totalmente mojado. Tiene los ojos hinchados, seguro que ha llorado, pero no se centra en eso.
Se acerca a él y le rodea el cuello con los brazos.
Christian (nervioso): C-Cuidado… Te voy a mojar.
Georgina (niega): No pasa nada cariño (le da un pico, el cual Christian se lo devuelve). ¿Cómo te lo pasaste en el cumpleaños? Te dejé varios mensajes y te llamé pero no lo cogías, me salía el buzón de voz.
Christian: Lo siento cariño, se me quedó sin batería y cuando llegué lo puse a cargar.
Georgina: ¿Sí?
Christian (sonriendo): Claro, espera que mire a ver si se ha cargado ya y lo enciendo.
Para sorpresa de la chica, Christian camina hasta su cama donde está su móvil enchufado a la pared, su móvil. Eso significa que Rubén se le ha adelantado y que le ha contado que han hablado.
Suspira y se apoya en el marco de la puerta.
Georgina: Cariño, mañana te llamo, ¿sí? Que quiero pasar el fin de semana que viene contigo, además hay una fiesta con las chicas, y bueno, es hora de que te presente, ¿no?
Sonríe y le tira un beso. Su novio lo recoge y hace gestos como si lo guardase, después se va por donde ha venido bastante cabreada, y en el fondo humillada.
Esto no quedará así, piensa vengarse, nadie se adelanta a Georgina Velázquez, nadie, ni siquiera un chico que sin quererlo se ha enamorado del novio de su mejor amigo.
Usará todo lo que pueda para ganarse la confianza del mismísimo diablo si hace falta, pero Christian sufrirá, tanto por amor como por soledad. Y ella estará ahí para echarle más sal a sus heridas.
O quién sabe, tal vez la separación sólo consiga unirlos más.

jueves, 21 de junio de 2012

Capítulo 5:

Parte 1.
Han pasado veinte días desde la última vez que supimos de Christian. Es 14 de abril. A él le va muy bien con Daniel, del mismo modo que le va con Georgina. O eso parece…
No, no les va bien. Discuten cada cinco días porque Christian suele estar muy ocupado con otras cosas y la excusa de que tiene exámenes ya no sirve.
Está en el salón de Dani mirando la televisión mientras él prepara la cena. A su lado se encuentra Rubén con el pijama puesto.
Él es rubio de ojos verdes. Su cuerpo es de gimnasio aunque no pasado, simplemente lo justo para llamar la atención. También es homosexual lo que hace desconfiar a Christian, pero ambos, Dani y Rubén, le han dicho que no pasa nada entre ellos porque son hermanos, pero claro… El roce siempre puede hacer el cariño.
Es sábado noche y Christian está supuestamente en casa de unos amigos por el cumpleaños de otro amigo inexistente que se ha vuelto a inventar para pasar una noche con Dani. Es así desde que comenzaron a salir aquel 25 de marzo.
Christian (alzando la voz): ¿Dani? ¿Te ayudo?
Dani (desde la cocina): De acuerdo cielo.
El adolescente se levanta del sillón y se calza sus zapatillas de estar por casa. Rubén le mira y ríe, ladea la cabeza y lo mira marcharse a la cocina.
Ya en la cocina, lo primero que hace Dani es rodear a Christian con los brazos y depositar un cálido beso en sus labios; después se para y sigue cortando las patatas en trozos medianos.
Christian: ¿Qué vamos a cenar?
Dani: Tú y Rubén váis a cenar patatas con poco de mahonesa y atún.
Christian: ¿Y tú qué? ¿No piensas cenar?
Dani (negando): No tengo hambre la verdad.
Christian suspira y le mira preocupado apoyado en la puerta del frigorífico. Ha perdido bastante peso desde la semana pasada y no sabe por qué. Está haciendo una dieta bastante extraña en la que come más bien poco, o nada ya que sólo puede controlar lo que come los sábados por la noche y los domingos hasta el mediodía. Y después… Vete a saber lo que se dedica a hacer con su cuerpo.
Ya habían tenido esa conversación anteriormente y Dani había insistido en que estaba bien, que simplemente no le apetecía comer más y no lo hacía, y aún así, él estaba preocupado por su novio.

Parte 2.
Ya han comido y Christian está en bóxer apoyado en el pecho de Dani. Están en la cama y el móvil del chico vuelve a vibrar por quinta vez en la noche, otro mensaje de Georgina. Esta vez coge el móvil, pero en lugar de responder o de leerlo, apaga el teléfono y vuelve a su sitio de antes, esta vez mira a Dani a los ojos y le besa lentamente en los labios, este responde siguiendo el beso mientras ladea la cabeza hacia el otro lado. Las manos del joven bajan hasta la cintura de Dani y baja ligeramente su pantalón mientras le besa. El ambiente está cargado, es la primera vez que están tan cerca el uno del otro, aún no lo han hecho antes y en el fondo ambos están nerviosos.
Christian le quita los pantalones y acaricia la entrepierna de su novio mientras este se muerde el labio.
Dani: ¿Estás seguro cariño? Sabes que no te quiero obligar a nada.
Christian: Estoy seguro, totalmente.
Después de esto, el chico baja lentamente y besa el bóxer de Dani, después lo baja hasta que saca su miembro y comienza a lamerlo con la lengua en círculos. Dani jadea mientras Christian trabaja en la felación de su miembro; mientras tanto el primero mueve por inercia las caderas hacia delante y atrás haciendo que su sexo entre y salga de la boca del joven.
Todo pasa rápido, Christian sube hasta los labios de Dani y le besa apasionadamente, el último desnuda al chico lentamente hasta que lo tiene totalmente desnudo sobre él. Tras esto le da la vuelta y roza su miembro erecto por su entrada.
Christian (entre jadeos): Hazlo…
Dani le obedece y le penetra lentamente hasta el fondo provocando un gemido de Christian. Comienza a mover sus caderas de forma rápida haciendo que sus testículos boten contra el trasero del chico.
Fundido en Negro.

Parte 3.
Ha amanecido. Christian lo hizo anoche por primera vez con Dani, ahora se siente vivo, lleno de vitalidad, con ganas de volver a hacerlo, de volver a entregarse de nuevo a su novio, con ganas de volver a oír su nombre en sus labios entre gemidos.
Lo busca y la cama y no está, supone que está haciendo el desayuno y se levanta totalmente desnudo. Antes de salir de la habitación así decide ponerse el bóxer ya que Rubén estará también despierto y no es plan de que lo vea así.
Sale de la habitación y encuentra la casa totalmente vacía. Respira hondo y aún así se preocupa. Va a la cocina y se encuentra un vaso de leche y unos croissants calientes, aunque ya algo fríos, y una nota al lado de todo.
“Hemos tenido que salir, para la hora de comer estaremos allí, te lo prometo. –Rubén.”
¿Por qué Rubén? ¿Por qué ha tenido que dejar él la nota y no Dani? ¿Es que acaso tienen algo entre ellos?
El joven comienza a montarse películas de las suyas en su cabeza y decide llamar a Dani al móvil. Vuelve hasta la habitación y coge su móvil, marca el número de su novio y al tercer toque suena el móvil en uno de los cajones de la mesita de noche, enfurecido abre los cajones con ansia y lo coge, cuelga con el suyo propio y decide registrar el móvil de su pareja hasta que encuentra el móvil de Rubén, le da a la tecla de llamar; al segundo toque lo descuelgan.
Rubén: ¿Sí?
Christian: ¿Dónde está Dani, Rubén?
Rubén: Ahora mismo… Está… Ocupado, no puede hablar cielo.
Christian: Déjate de palabras bonitas y respóndeme de una puta vez, ¿dónde está Daniel?
Rubén: Que ahora no puede ponerse, joder tranquilízate, ¿vale?
Christian (gritando entre lágrimas): ¡Que me digas dónde está por favor!
Rubén: A ver Christian por favor… Cálmate y siéntate en la cama, cuando lo hagas avísame, pero por favor, tranquilízate…
Daniel hace lo que le piden y se sienta en la cama, después se limpia las lágrimas con el torso del brazo y respira hondo.
Rubén: Estamos en el hospital… Dani ha tenido un bajón de tensión mientras preparaba el desayuno y se ha golpeado la cabeza al caerse al suelo y como no despertaba he decidido traerle, le han ingresado y… Es grave.
Christian: Aih dios Rubén… ¿Puedes venir a por mí? Por favor…
Rubén: Voy a por ti, pero recuerda que a las cinco de la tarde debes de estar en casa con tus padres…
Christian: Voy a vestirme, por favor, ven.
Tras esto cuelga sin querer oír una respuesta del amigo de su pareja y se levanta de la cama en un estado entre el agobio, la prisa y el miedo.
Se pone los vaqueros y su camiseta gris y apaga todas las luces, sale de la casa cogiendo las llaves de Dani y baja las escaleras desde un quinto piso, sale a la calle y se apoya en la puerta. No sabe ni qué hora es aún, busca su móvil para mirar la hora y se da cuenta de que se lo ha dejado arriba, suspira y ladea la cabeza, no quiere ni molestarse en ir a buscarlo, sólo quiere ir a ver a Dani.

Parte 4.
Rubén ha ido a recoger a Christian en taxi. Ya están en el hospital y como sólo puede pasar una persona a observación entra el chico, lo hace bastante nervioso y con prisa. Cuando llega hasta la cama de Dani se encuentra a un chico al que se ve incapaz de reconocerlo, muy pálido con el cuerpo lleno de cables.
Christian se lleva la mano a la boca para poder aguantar dar un grito y aprieta los ojos. En ese momento Dani lo llama, lo hace tan bajo que apenas se ve capaz de oírlo, pero lo oye. Suspira y se acerca a él, busca su mano entre los cables y la roza.
Dani: E-Estoy bien…
Christian: ¿Seguro cari? Yo… No te veo tan bien…
Dani: Es que los médicos… (hace una pausa y cierra los ojos), lo hacen todo más grave, pero de verdad que (tose) estoy bien…
Christian: ¿Q-Qué dicen que tienes?
Dani: Ha sido un bajón de tensión… (vuelve a hacer otra pausa), nada más.
Antes de que le dé tiempo a responder la hora de visitas ha pasado y se tiene que ir. Christian sale acompañado de un médico, se está aguantando las lágrimas y le está costando bastante. Una vez sale, en lugar de buscar a Rubén, va caminando con paso ligero hasta el baño. Entra en este y se encierra en uno de los inodoros. Dejando salir las lágrimas se sienta en el sueño cabreado consigo mismo, con el mundo, con los médicos. Cabreado incluso con Dani por mentirle.
Rubén (tocando a la puerta): ¿Puedes abrir Christian? Por favor.
Christian: ¿Para qué?
Rubén: Quiero hablar contigo… Por favor.
Christian: ¿Me vas a contar la verdad?
Rubén: Si quieres… Lo haré, pero vamos a la cafetería, ¿has desayunado?
Christian: No… Se me olvidó.
Rubén: Venga pues sal…
Obedece al compañero de su novio y sale del inodoro, se pega a él y camina cogido de su brazo hasta la cafetería, sin fuerzas para andar, sin ganas de dar un paso más adelante.

Parte 5.
Están sentados en la cafetería, uno frente al otro. Christian sostiene en sus manos una taza con café con leche caliente y Rubén le da vueltas a la cuchara de su café.
Christian: ¿Y bien? ¿Qué le pasa?
Rubén: Dani… Sufrió, y sufre de bulimia. No sé si te habrás fijado que está delgadito y eso. Bueno pues… Anoche al parecer, después de hacerlo contigo decidió devolver la cena, la cual según los médicos lo había quemado, haciéndolo contigo, pero claro eso ellos no lo saben. Esta mañana no tenía pensado desayunar, y claro… Le ha dado el bajón de tensión y ahí lo tienes, lleno de cables porque… Dani está más muerto que vivo.
Christian (sin poder creer lo que oye): ¿Me lo estás diciendo de verdad?
Rubén (asiente con la cabeza): Lo peor es que dicen que de esta no se recupera, o hay una probabilidad muy baja de que lo haga. Christian, tu novio pesa cuarenta y nueve dichosos kilos, y no puede vivir así, no tiene proteínas, ni vitaminas, ni siquiera energía en ningún lado para poder seguir adelante. Sus órganos funcionan muy despacio y su cuerpo se apaga lentamente, igual que su corazón, por eso está conectado a varias máquinas, para que sus pulmones no dejen de funcionar, que su corazón no deje de bombear, y lo más importante, lo están alimentando mediante varias sondas. Los médicos tienen miedo a que no sirva, pero están haciendo lo posible por sacarlo de ese estado de vegetal, y hay que tener esperanzas, ¿de acuerdo?
Christian: Llévame a mi casa, por favor.
Rubén: ¿E-Estás bien?
Christian: Te suplico que me lleves a mi casa, por favor Rubén, hazlo.
Fundido en Negro.

Parte 6.
(Habitación de Christian).
Está tirado sobre la cama sin saber qué hacer. Son las 6 de la tarde y no sabe nada de nadie, su móvil se lo ha dejado en casa de Dani y Rubén y no se ha molestado en pedirle que se lo traigan. No le apetece hablar, pero por otro lado, ¿qué le va a decir a Georgina de su desaparición? ¿Acaso va a poder esconderle siempre su relación con Dani? ¿Su homosexualidad?
Suspira hondo y se da la vuelta, fija su vista al techo. ¿Qué importa eso ahora? Lo importante en estos momentos es que su novio salga de ese estado, que pueda volver a mirarle a los ojos, poder susurrarle que lo ama, que lo querrá para siempre, pase lo que pase, ¿verdad Dani? O eso le prometiste.